No pueden dar el 30% porque la Ley lo prohibe, pero además, no quieren buscar opciones porque no interesa buscarlas.
La campaña desatada por el diputado Botello, erigiéndose como defensor de los ahorrantes de los fondos de pensiones, se basa en argumentos falsos que, por Ley, son imposibles de cumplir pues, diputado al fin, sabe que con la actual legislación nada se puede hacer pues los fondos disponibles son solo el 10% de los ahorros, el resto está invertido.
Sin embargo, la retórica populista ha logrado engañar a un grupo de personas que creen que la solución a sus vidas, aun sea temporal, es acceder a sus ahorros que están separados al menos, en teoría, para su vejez.
El caldo de cultivo ha sido posible gracias a que las leyes que rigen la seguridad social nacieron producto de cabildeos de los bancos que han sido los únicos beneficiados de estas, dejando a un lado los intereses de los ahorrantes, dificultando el cobro de pensiones de personas fallecidas y otras irregularidades e inhumanidades que han colocado a las AFP como instituciones mal vistas.
En países donde se cometió el error de darle a los ahorrantes el dinero de sus ahorros para retiro ahora lo gastaron y cuentan con menos, y nada se ha resuelto pues la pandemia, sigue.
El diputado Rafael Castillo, del PLD, especialista en la Seguridad Social, ha propuesto que las AFP de su ganancia, aporten a los ahorrantes pero Botello, aun siendo la propuesta válida, no se refiere a ello que si solucionaría un poco la situación de los ahorrantes sin tener que tocar sus ahorros.
El tema del 30% de las AFP dista de ser la solución en un país donde las leyes se crearon a medida para satisfacer a bancos comerciales insaciables que además, durante años, mientras las arcas se llenaban, el mal servicio sirvió para acumular más y más capital que a la vez, incrementaban por intereses generados, todo en detrimento de la clase trabajadora.