Pendiente de un debate presidencial entre tres representantes de partidos grandes, con vicios de compras de votos y acuerdos de aposento para perpetuarse en el poder, frente al desprecio de la verdadera democracia de intercambios de ideas incluso, con los que no nos gusten, es importante preguntar: ¿A dónde te encaminas, República Dominicana?.
Se ha sembrado el «supuesto» que el mejor presidente es el que pueda exhibir más «obras de infraestructura» y, al lado de las anchas carreteras para que pasen las patanas de ropas y los 4×4 de los más afortunados, persiste en su existencia la casa humilde, de piso de tierra, muy pobre, donde vive acinada una familia.
¿Qué pasa en la República Dominicana que la TV y la Radio simula una realidad que no existe, en la que se vende banalidad e individualismo para cada 4 años hacer subir a un grupo que se hará del presupuesto nacional hasta que otro grupo los haga bajar para subirse ellos?
Hoy, los problemas de hace 1, 2, 3 décadas siguen siendo los principales a subsanar o al menos, a aliviar, mientras un discurso se parece al otro con matices pero sin profundizar en que simplemente, en la República Dominicana a pocos importa un sistema de salud garantista y bueno, una educación de calidad encaminada a crear un ser pensante y no cliente, una seguridad ciudadana que derive en poder caminar por las calles sin peligro a ser asesinado por el arrebato de un celular o saber que en la vejez no serás tirado y el esfuerzo de toda la vida será recompensado por tu pensión, administrada durante toda tu vida por instituciones responsables y no por depredadores.
La calidad de los que legislan y los que gobiernan es compatible con la sociedad que se ha creado, muy individualista, que promueve planes de dizque emprendurismo y no de comunidad o cooperativismo, que llama al ego en vez de la mano solidaria, que habla de éxito personal y «alcanzar tus sueños» aunque el resto del mundo se hunda en el abandono y el caos social.
Hoy, a las puertas de un «debate» sesgado, no inclusivo, donde escucharemos solo una parte de los discursos y todos de ellos sin tocar a profundidad los temas esenciales y postergados por el aluvión de banalidad mediática, convencidos que el pueblo vota por el «menos ‘malo'», nunca por el bueno, es menester volver a preguntar, teniendo en cuenta que Estados Unidos va en declive, que Europa comienza a morir, que el sistema financiero cambiará, que el mundo vendrá desde la «pensante Asia» y no de occidente, que nos preparan para ser solo clientes, esclavos de la tecnología y el individualismo, creyendo que un par de tenías vale más que la dignidad, que una cerveza fría es más importante que garantizar la comida de un hijo, preguntar: ¿A dónde te encaminas, República Dominicana?.