El PDI se convierte en noticia luego que como segundo partido, Dominguez Trujillo, conocido por algunos como Ranfis aunque es su tercer nombre, seleccionara esta agrupación para crear su punto de partida para la presidencia, posiblemente, mal asesorado.
Pronto el llamado Ranfis rompería con el presidente del PDI, Ismael Reyes quien, elevado, se lanzó inmediatamente El para presidente y por lo cual incluso, en un segundo capítulo, rompe con Juntos Podemos porque esta coalición había seleccionado a Leonel Fernandez como su candidato.
Solo, Reyes se lanza a la guerra, sin armas, con poco liderazgo y queda derrotado con quien sabe cuantos pocos votos, en un certamen muy traumático y en extremo agarrado por tres principales fuerzas políticas donde su nombre casi, ni salia.
Durante todo el tiempo, los ex-aliados, Ranfistas e Ismaelistas sostuvieron una guerra dentro de las redes que aunque no se hizo pública era notable, todos o casi todos, con teléfonos «extranjeros».
El PDI pierde su personalidad jurídica… el único perdedor real de la contienda electoral, según la JCE.
Ranfis, evidentemente disminuido por las elecciones y las tribulaciones, ve hoy el cadaver de su enemigo correr rio abajo confundiéndose seguro con una sonrisa.