ADOCCO, FINJUS y otras organizaciones han ido de gobierno en gobierno, levantando la mano, saliendo y escondiendose según convenga y seguro, les llegue o no el presupuesto.
Aguerrida antaño, ADOCCO ha sido más de una vez catalogada como esas organizaciones que logran amarrar con medios para que les divulguen o pongan micrófonos a su servicio, pero que lejos de cumplir un rol preponderante e inclinado por el bien de la sociedad constituyen un grupo de dizque Organizaciones No Gubernamentales que si se lucran con el chantaje mediático, la extorción editorial y constituyen lacras sociales no menos culpables del deterioro constitucional y cómplice de las malas prácticas que los conocidos delincuentes y corruptos de la sociedad.
ADOCCO estuvo en mutis perenne, coincidiendo con el tiempo en que un conocido abogado que cabildeaba entre instituciones con vistos de inquisidor ameneció con un bloque en el pecho tirado en un rio… desde esos tiempos, esta ONG dizque perseguidora de la corrupción se escondió, saliendo ahora, ya ganado el nuevo gobierno, nada más y nada menos que como dizque encuestadora de funcionarios favoritos y demás pendejdas alejadas de su «línea» dizque «combate a la corrupción», con el ridiculo y evidente objetivo de ser «vistos» por el poder.
Hoy salen con una declaración de que «los dejaron fuera del presupuesto» basado en un ridiculo argumento, como si fuera una obligación del estado darles dinero del contribuyente… en evidente, nueva vez, chantaje.
Este tipo de organizaciones y otros personajes médiaticos, dizque politólogos sesgados, personajes que nadie sabe que aportan, que andan en jipetas con aire y trajes caros, son tan perjudiciales para la sociedad como los peores corruptos que dicen, combatir.
