Cada candidato tiene sus seguidores fieles..
El «ranfismo» desde muy temprano aboga por adueñarse del «quille» del pueblo dominicano frente a la corrupción desmedida y la impunidad sin límites que ahoga sin remedio al país y lo coloca al borde del abismo social.
Ranfis, sin embargo, dirige sus ataques puntuales a los que están gobernando, señalandolos como el gran mal y alejando así toda esa franja del electorado, para nada despreciable.
Por otro lado, se hace acompañar de personas que por famosas no dejan de ser controverciales hacia la intelectualidad, tan necesaria para gobernar y los sectores llamados verdes le corren por un mero hecho ideológico… toda el ala izquierda, incluso la soñadora e incluso la retrograda, nunca votarían por el nieto de Trujillo.
La candidatura de Ranfis, además de ser un extranjero sin conocimiento del terreno ni de las costumbres dominicanas, ha logrado adueñarse de un segmento para nada despreciable pero sin posibilidad de crecer mucho más por múltiples factores…. no se avanza solo con señalar con el dedo, debes convencer… en un país tan pobre vestir solo en corbatas aleja hasta al gorrión, a la larga o a la corta.
Alfonso Rodriguez, cineasta, conocido por sus quilles en TV y por ser políticamente incorrecto en el lenguaje sale, de pronto, diciendo que es candidato. Al momento el «segmento de indignados» no partidista lo asume como quién podría darle la esperada patada a la mesa y contrariamente a su contrincante Ranfis este asume que el mal de RD no pertenece solo al partido de gobierno sino al sistema imperante, acumulado, asumiendo que todos los que están, incluso la oposición, es culpable por complicidad o por omisión y abre, inteligentemente, la puerta a que si no es el mio es este, aun mi partido este en el Gobierno u otro.
Este tema de los nichos es muy importante en cuanto al posible crecimiento de cualquier candidatura y en ese tenor ranfis se acorrala en el quille de extrema derecha y anti-gobiernista mientras que Alfonso se perfila como la solución de todos, incluso si eres morao y estas harto del estatus actual de la sociedad dominicana.
Para colmos, mientras ranfis asegura contar con cincuenta millones de dolares para la campaña, anunciando con esto que tiene recursos para ganar, Alfonso apela a lo más fuerte… la voluntad de los pueblos… grita que no hay cuartos y que solo cuenta con su propia verdad de venir desde abajo, de emigrante «sin cuartos» y que no le interesa más nada…
Se podría incluso analizar todo en contexto pues mientras Ranfis llega a la TV a ser entrevistado por quien El hasta ese momento no conocia, Alfonso es uno de ellos, y mientras tal vez Ranfis no sabe, por su propia crianza, donde queda Guachupita o Guerra, Alfonso no solo lo ha caminado sino en fiestas o juntes a lo Dominicano.
Los une su admiración por Reagan…
Dicho esto no me extrañaría que el ala que hasta ahora había defendido a Ranfis como solución de acabar con lo que existe, pero con reservas por ser nieto de quien es, hoy vean a Alfonso como eso mismo pero sin los lastres evidentes que arrastran incluso hasta el propio apellido.
En todo caso, la salida de estos dos personajes al ruedo, junto al desgaste de los partidos del sistema, cundidos por una lucha interna propia de desgaste de todo tipo, animan y avisan que algo se gesta en el interior de la sociedad dominicana… quien sabe si por ahí viene algo inesperado… con estos o con otros.
Ambos son una amenza al sistema de partidos tal y como hasta hoy lo teniamos concebido.
Será interesante ver qué estructura asumirá la candidatura de Alfonso y dependerá mucho las necesarias alianzas para lograr un eventual triunfo.
Ranfis, por su parte, debe apurarse a cambiar su discurso, pues ahora no solo por El no votarían los que pertenecen al sistema (sea gobierno y oposición, izquierdas e indignados) sino que los que están molestos ya tienen su «mesias» a la carta.