Los tiempos han cambiado, seguro que si.
Durante muchos años funcionarios, candidatos, diputados y senadores, alcaldes e incluso gobernadores fueron tachados de delincuentes y/o ligados al narco y aunque hubo ejemplos anteriores es claro que fue en esta campaña que se destaparon escándalos directos, con nombres y apellidos que llenaron titulares incluso, con diputados electos.
El torrente de dinero inundó la campaña por el grifo gubernamental y de aspirantes que se colaron en campaña balando muchos partidos del sistema de verguenza.
Aun cuando no se alcanza lo esperado, los escándalos en el partido de gobierno con algunos de sus cargos electos y funcionarios sumado a la imputación por corrupción de algunos funcionarios del anterior gobierno y cuadros de las armadas dominicanas y la policia han puesto al pais en otro nivel en la necesaria vigilancia al sistema político corrupto y corroido que, bañado en impunidad total junto a los gobiernos han sido complices de verter el mal del narcotráfico como un tsunami en todas las esferas de la sociedad y se manifiesta en el dispendio de campaña y en lo «caro» que sale ser regidor en cualquier parte del país.
El narco es el «necesario» combustible que las democracias occidentales usan como parte de la economía de servicios permitiendoles vivir y beneficiar a grupos de poder que se van turnando los buenos tiempos hasta que el status cuo decide reemplazar las caras visibles pero aun así entre las actividades «permitidas» las campañas políticas dejarán de ser nichos económicos a casa abierta aunque permanezca el financiamiento soterrado de algunos testaferros importantes para cargos electivos.
Los ciudadanos que lograron subir gracias al lavado y gozan de «respetables» status «legales en velos de empresarios «exitosos» podrían desistir de aspirara a cargos pues es muy posible que más de una agencia persecutora estará detrás de las declaraciones juradas para evitar o al menos simular que se evita la penetración del narco en las campañas electorales
@fdo_buitrago.