Las críticas fueron hechas a tiempo.
El «entren tó» y el premiar a los «recienllegados» por encima de los que «se la jugaron con el líder en el 2020» comienza a reventar hilos que parecían estaban bien, pero se mordía.
Son múltiples las quejas que salen de la «nueva» organización de dirigentes que estarían atropellando e imponiendo, mediante preferencias e inclinaciones, a aspiraciones a cargos electivos, siendo esta la causa que brotes de rebeliones internas que podrían, si es que el propio que presidente Leonel Fernández no interviene, convertirse en un tsumani de renuncias y crecimientos hacia el PRM y hacia el «viejo» PLD.
La fuerza del pueblo no es un partido construido basándonos en liderazgos en el tiempo, sino a «importaciones» de estos, por lo que la posibilidad de colocar a las personas inadecuadas a dirigir a quien no se consideran representados por ellos, dan al traste con los objetivos del partido a corto y mediano plazo, las próximas elecciones.
Este «señalado» de quien va o quien no va, que nada tiene que ver con méritos, sino del que llegó «con galones» ganados en guerras de otros y «extrapoladas» al partido verde como «palabra de Dios».
Lo advertido que podría pasar, comienza.