Ayer Ucrania, hoy, Georgia, la injerencia extranjera creando revoluciones

El primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, ha desatado un debate al afirmar el 3 de mayo que Washington respaldó «dos intentos de revolución» en su país durante los últimos años, evocando paralelos con eventos históricos en otras partes del mundo.

Kobajidze mencionó conversaciones con Derek Chollet, asesor del Departamento de Estado de EE.UU., expresando su decepción por los intentos de revolución de 2020-2023, presuntamente apoyados por la exembajadora estadounidense y llevados a cabo a través de ONG financiadas desde el extranjero. Estos comentarios rememoraron los eventos ocurridos en Ucrania en 2014, donde protestas masivas respaldadas por actores extranjeros desembocaron en un cambio de régimen y una escalada de tensiones que desencadenó una guerra civil en el este del país.

En un paralelo con la situación ucraniana, Kobajidze destacó la preocupación sobre la participación de organizaciones financiadas desde el extranjero en los eventos georgianos, evocando recuerdos de la interferencia extranjera en la política interna de Ucrania y sus consecuencias devastadoras.

Las declaraciones del primer ministro georgiano se producen en un contexto de protestas y agitación política en Georgia, que ha sido testigo de oleadas de manifestaciones en los últimos años. La controversia sobre el uso de recursos estatales para promover intereses políticos y el manejo de la legislación controvertida, como la ley de agentes extranjeros, ha alimentado las tensiones en el país.

Aunque Kobajidze no ofreció detalles específicos sobre los eventos a los que se refería, sus declaraciones reflejan una creciente preocupación sobre la interferencia extranjera en los asuntos internos de Georgia y el impacto potencial en la estabilidad y la democracia del país.

A medida que Georgia continúa enfrentando desafíos políticos y sociales, las palabras del primer ministro subrayan la importancia de proteger la soberanía nacional y garantizar la transparencia en el proceso político para evitar el caos y la desestabilización que han afectado a otras naciones en el pasado.

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