Un experimento mostró que, en ausencia de cloro, bacterias depredadoras inofensivas para los humanos destruyen de forma independiente los patógenos peligrosos en las tuberías de agua.
En Suecia, investigadores de la Universidad de Lund y la compañía purificadora de agua de la ciudad de Varberg realizaron un experimento para ver qué sucede si se deja de agregar cloro al agua del grifo.
El resultado inicial fue el esperado: aumentó la cantidad de bacterias. Sin embargo, con el tiempo, unas bacterias depredadoras, inofensivas para los humanos, destruyeron a la mayoría de los patógenos presentes en el agua, según Phys.org.
Actualmente, el agua potable suministrada a través de tuberías se purifica en varias etapas. Dependiendo del tipo de agua, las empresas utilizan diferentes filtros y luz ultravioleta, pero el último paso es casi siempre la adición de cloro.
En Varberg, el cloro se eliminó en 2020 con la instalación de un sistema de ultrafiltración, un filtro que utiliza un tamiz de malla extremadamente fina para evitar que los microorganismos dañinos se filtren a través de lagos y aguas subterráneas. Dado que así ingresaban muy pocas bacterias en el agua potable, se consideró innecesario el uso de cloro, aunque no se sabía cuáles serían las consecuencias para la flora bacteriana.
Al tercer mes después de prescindir del cloro, los investigadores encontraron que la cantidad de ciertas bacterias disminuyó significativamente, mientras aumentaban las de un género concreto: Bdellovibrio. Se trata de un género de bacterias depredadoras que se alimenta de otras bacterias, incluso de patógenos resistentes a los antibióticos, y no son tóxicas para las células humanas.
De esta forma, los científicos llegaron a la conclusión de que es posible obtener agua potable segura y limpia sin necesidad de usar cloro, una sustancia que se ha asociado al cáncer y a daños fetales.