Las biobardas (barreras flotantes) son utilizadas como alternativas para retener la circulación de basura que llega a las cañadas y que no llegue a los ríos para de ahí pasar a los mares.
Las cañadas son las principales retenedoras de basuras del Gran Santo Domingo, pues día a día las personas que residen próximas a alguna vereda suelen depositar sus desperdicios en ellas.
En el país, la empresa DO Sostenible es la encargada de un proyecto de biobardas que garantiza un mejoramiento del flujo del caudal de arrastre de los cursos de agua.
Las biobardas son unas barreras flotantes diseñadas como trampas por el ser humano para capturar desechos flotantes, como plásticos, bolsas, ramas y otros, evitando que lleguen a ríos y mares.
En el caso de la cañada Bonavides, ubicada justo debajo de la calle de Domingo Savio y que desemboca al río Ozama, se encuentra una biobarda, en esta un grupo de personas asisten a recoger la basura que se va acumulando; a pesar de ello, las personas de los alrededores continúan arrojando sus desechos…
«No hacemos nada con sacarla, porque la gente hasta viene con guaguitas», explicó Melquis Cedez, quien además agregó que los residentes llegan a todas horas del día a depositar sus desperdicios «le pagan y tiran sus regueros ahí».
A pesar de que la basura va circulando hasta acumularse en la biobarda, muchas van quedando en el camino. También posan entre la yerba y hasta en la tierra.
Bonavides
En la cañada Bonavides, la recogida de la basura que posa en el lugar no ocurre todos los días, mientras que esta va acumulando sus desperdicios hasta casi rebosar la biobarda. Evidencia que quedó clara al observar como la basura pasaba del límite de la barrera.
La mayoría de desechos que se reflejan en Bonavides son foams, botellas de plásticos, fundas negras y hasta pedazos de inmuebles.
La puya en Arroyo Hondo
El supervisor de la brigada ubicada en La Puya, Narciso Montero, explicó que para que la basura no supere el límite de la biobarda, debe tener un cable debajo, aclarando la razón por la que en Bonavides los desperdicios se reflejaban más allá de la biobarda.
Montero tiene alrededor de un año en la cañada La Puya, brindando los servicios de recogida de basuras en la cañada. Dijo a Listín Diario que todos los días hacen la función de sacar las basuras de las cañadas. Según Montero, el proceso es sacarlas de las cañadas, ponerlas en fundas y luego los camiones del ayuntamiento las buscan…
Añadió que a la cañada de La Puya llegan otras como Guajimía ubicada en Herrera, Las 800 ubicada en el sector Los Ríos y otra que recorre el Jardín Botánico, y luego de ese recorrido su punto final es el río Isabela y Ozama. Asimismo aseguró que cuando llueve se acumula más basura: «Cuando llueve se acumula mucha basura y si no llueve en una o dos horas limpiamos». Siendo las 12:30 del lunes, Narciso Montero ya había enviado cinco camiones con basura.
Reportaje
Reporteros de este diario visitaron las cañadas de Las 800 ubicadas en el sector Los Ríos, Guajimía en Herrera, Yaguasa que divide a Guaricanos y Villa Mella que son almacenadoras de cloacas y desperdicios que posan desde hace años. La basura que no va a los contenedores o no es recolectada por los ayuntamientos recorre desde las cañadas y arropa los ríos, las playas o cualquier corriente de agua como destino final, como los mares.
En el caso de la cañada Guajimía, esta circula hasta llegar al río Haina y este sigue su paso hasta el mar Caribe. Las 800 y Yaguasa circulan hasta el río Isabela; siguen su paso al conectar con el río Ozama y llegar al mar Caribe.
¿A dónde van esos residuos plásticos?
Según datos de una investigación realizada por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) en noviembre pasado, el río Ozama transfiere entre un 40% y un 90% de los residuos plásticos flotantes que circulan sobre su cauce directamente al mar Caribe.
Para realizar esta investigación utilizaron rastreadores y herramientas de inteligencia artificial y demostraron que los desechos plásticos flotantes se transfieren a través de la secuencia cañada-río-mar.
Intec arrojó en diferentes zonas del río los rastreadores y detectó que el traslado de residuos desde la cañada al río es de un 40%, mientras que desde la cañada directamente al mar en un 26%.