La Fundación Dominicana de Estudios Marinos (FUNDEMAR), desde el año 2011, está implementando esfuerzos de conservación y restauración de arrecifes de coral en uno de los destinos turísticos más importantes del país, el de Bayahíbe-Dominicus.
Estos estudios son de suma importancia para poder evaluar la salud del ecosistema en el tiempo y poder trazar estrategias para la conservación del coral vivo y otros organismos asociados.
FUNDEMAR reporta que el efecto del cambio climático y el aumento de la temperatura del mar por tiempo prolongado causaron que en 2019 se observara por primera vez un blanqueamiento masivo de los corales de la zona. Luego de una evaluación pudieron registrar que más de un 50% de los corales se vieron afectados por blanqueamiento, esto mismo se reportaba en otras zonas del país a diferentes escalas.
En febrero del 2020, como parte del monitoreo regular del estado de salud, FUNDEMAR realizó una evaluación, donde pudieron observar que, en apariencia, parte de los corales afectados en 2019 se recuperaron. Reportaron una alta cobertura coralina frente a Dominicus, con 17 especies de coral duro.
Durante un monitoreo de rutina entre el 5 y 8 de mayo de este 2020, en los viveros de coral que maneja la fundación, encontraron la temperatura alta del agua por arriba de lo normal, aproximadamente 29° C. Al hacer una evaluación de blanqueamiento, esta arrojó datos altos de palidez de corales de un 50%, síntoma de blanqueamiento o de recuperación de corales. Se realizó otro monitoreo de enfermedades, incluyendo blanqueamiento, en los mismos 3 sitios de Bayahíbe-Dominicus. Los resultados sugieren que la palidez que se vio en mayo eran probablemente colonias recuperándose, observando una recuperación de las colonias en julio.
Según los datos obtenidos en febrero, estimaron que a finales de este año se observaría otro blanqueamiento masivo, lo que conllevará a una reducción de la cobertura coralina.
En un informe enviado a Diario Libre por FUNDEMAR titulado: “Estado de Salud de los Corales” del pasado 9 de noviembre, en octubre 2020 se realizó otro monitoreo de blanqueamiento a cargo de las biólogas Rita Sellares y María Villalpando, con el apoyo de Alido Luis Baez y Andreína Valdez. Los resultados indican el inicio del blanqueamiento masivo en la zona, con alrededor de un 29-55 % de palidez y blanqueamiento, similar a lo registrado en octubre 2019. El arrecife Playita ha sido el menos afectado en esta ocasión.
Los investigadores catalogan estos datos como alarmantes, ya que un año atrás, entre octubre y diciembre de 2019, se registró el primer evento de blanqueamiento masivo en Bayahíbe. Esto quiere decir que a la fecha no se habían recuperado del todo los corales y ya se está experimentando otro evento masivo de blanqueamiento.
El blanqueamiento consiste en el aumento de la temperatura del agua de mar, lo que causa calor estresante a los corales, expulsando las diminutas algas simbióticas que viven dentro de ellos y al realizar la fotosíntesis proveen de oxígeno y azúcares a los pólipos de coral, además de darles colores vibrantes.
Este aumento de temperatura acelera el metabolismo de los corales, convirtiendo en tóxica la simbiosis con las algas, decolorando el coral y, si dura demasiado tiempo, pueden morir.
El reporte de FUNDEMAR concluye con un posible escenario para finales de este año: “Los resultados observados en el monitoreo 2020 muestran evidencia de que los arrecifes sufrirán dos eventos sucesivos de blanqueamiento, ya que no hubo suficiente tiempo para una recuperación total en 2019, con evidencia del inicio de blanqueamiento masivo en octubre de 2020. Como resultado de esto, a finales de 2020 o principios del 2021, puede que se observe una reducción de la cobertura coralina, debido al mismo blanqueamiento o a enfermedades a causa de este”.
¿Qué se está haciendo para contrarrestar estos efectos?
En el informe, FUNDEMAR explica que actualmente cuenta con ocho viveros de coral “in situ”, capaces de sostener más de 3 km de tejido de coral en total. Siete viveros contienen la especie Acropora cervicornis y uno Acropora palmata, ambas en peligro crítico de extinción. Esta estrategia es importante para la recuperación de corales en peligro de extinción ya que los viveros funcionan como arrecife artificial y crean suficiente conectividad para permitir la reproducción sexual entre los viveros.
La reproducción sexual de corales es esencial para incrementar la diversidad genética de las poblaciones y por ende su resiliencia, o sea, su capacidad para adaptarse a un medio ambiente cambiante como el cambio climático. Lamentablemente, gracias a la degradación rápida de los arrecifes, colonias de la misma especie están cada vez más lejos una de otra, reduciendo la oportunidad de encontrarse con gametos de otras colonias y, si se logra fertilizar, de encontrar sustrato saludable donde empezar a crecer.
Por esta razón, las estrategias de fertilización asistida de corales, la propagación de larvas y la siembra de reclutas de coral es importante para incrementar su supervivencia en esta etapa inicial y frágil de la vida de los corales. En el 2015 y 2016 se llevó a cabo un programa piloto de fertilización asistida de Acropora cervicornis con éxito. Para escalar los esfuerzos a otras especies, se salió por 2 años durante la temporada de desoves para registrar cuándo desovan los corales de la zona y crear el primer calendario de predicción de desoves de coral en el país. Con esta información, en el 2019 y 2020 logramos reproducir 5 especies de coral y en el 2020 sembramos más de 209,116 reclutas (bebés corales) al arrecife.