Cambio de la “cultura del descarte” ayuda a la sostenibilidad ambiente

reciclarModalidad. Sustituir plásticos desechables por otros duraderos preserva ciudades, ríos y mares limpios. Normas. Fundación 3Rs aboga por una política para el comercio de esos artículos.

SANTO DOMINGO.-Muchas de las fundas de supermercados, vasos, platos, sorbetes y cuberterías plásticas causan un impacto negativo al medio ambiente, una vez son lanzados y van a parar a los ríos, playas y océanos, razón por la que en muchos países los están prohibiendo.

Sin embargo, otros productos de materiales similares como los empaques de jeringas, sueros y de fármacos, aunque tienen una mejor disposición final, también requieren regulación y tratamiento para su disposición.

Para Ginny Heinsen, presidenta de la Fundación 3Rs, se hace necesario un cambio de cultura para la gente, empresas e industrias con mayor educación de la población para apreciar las ventajas de los plásticos reutizables o de usos sucesivos, como termos para agua, y asi seleccionar empaques biodegradables que no vayan en detrimento de los ecosistemas.

 

“Con esto saldremos de propiciar la cultura del descarte”, del compro y boto, que se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial y que es citada en la encíclica Laudato Sí del Papa Francisco en el 2015, la cual surgió para promover la industria y el empleo, pensando que la economía debía crecer sin límites, comenta Heinsen.

La ‘cultura de descarte’ se ha transformado, a su juicio, en una especie de “tumor que crece de forma desproporcionada”.

Deterioro al planeta
Se da ante el absurdo de impulsar un Producto Interno Bruto en constante crecimiento sin tomar en cuenta el deterioro ocasionado al planeta, con más de 7 mil millones de habitantes y limitados recursos naturales.

Responsabilidad
Salvo los plásticos duros o rígidos, cuya industria de reciclaje es modelo en el país, urge regular el comercio de los que son tirados como las fundas y empaques de foam que van a parar a los desagües y crean inundaciones en tiempos de lluvias.

“Para estos productos se debería impulsar la responsabilidad extendida del productor, que figura dentro del proyecto de Ley de Residuos Sólidos que cursa en el Senado.

Esta norma consiste en que cada fabricante o importador vele porque sus productos no terminen como basura, precisó la promotora de las 3Rs, que significa reducir, reutilizar y reciclar.

Citó como ejemplo el proyecto de Cervecería Nacional: “Recicla 100+”, que tras reconocer que lanza al comercio un millón de libras mensualmente de botellas plásticas se ha propuesto recuperarlas para la fabricación de nuevas botellas, impulsando de este modelo la economía circular y la responsabilidad extendida del productor.

Esta acción la califica de muy significativa y espera sea imitada por otras empresas. Heinsen aboga por empaques reutilizables o más ecológicos y amigables al medio ambiente.

Impacto

—1— Acumulación
Más de 150 millones de toneladas de plásticos existen en los océanos.

—2— Fauna
Especies pierden vida al enredarse e ingerirlos al confundirlo con alimentos.

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