Parecía que se avanzaba, la sociedad entera se lanzó las calles criticando la actual Junta Central Electoral y ante ello, todos los partidos opositores coincidieron con el discurso, convertido en promesa, de que la próxima sería con jueces independientes.
Pero no llega el PRM al poder, muchos desde ahi cambian el discurso, destrozan lo que queda de honestidad en sus palabras y abogan porque un declarado militante de ese partido, Eddy Olivares, sea quien presida la «Junta», cuando ello inmediatamente explosionaría la credibilidad en un organismo tan golpeado y haria intransitable el intento de retorno de la confianza necesaria que debe provocar quienes la presiden.
Curioso es, si, que a pesar de que Eddy Olivares ha sido catalogado como «justo» en momentos importantes de su vida como juez de ese organismo, este empuje a su partido, dirigencia y militancia, juntos a militantes y algunos importantes dirigentes, a faltar al compromiso de esa organización política y del propio presidente Luis Abinader, así como diputados y senadores llevados por la gran coalición con el país.
Llama, además, a dudas, por qué el empeño de que sea especificamente una persona señalada la elegida cuan mesías porque sino todo se destruye… o lo destruyen.
Llegar fue relativamente facil. Mantenerse desde el poder, no abusar de él, no convertirse en lo que se le criticaba al adversario, ser diferente, apostar por la institucionalidad, cuidar al presidente, cuidar su partido, cuidar su gobierno, deberia ser el principal objetivo para incluso los que empujan la imposición de Olivares.
Empujar la conformación de una Junta sin credibilidad es el peor aporte que podria hacer el partido actualmente en el gobierno y ofrece todos los argumentos a los derrotados y por ahora, y solo por ahora, replegados peledeistas, de sonriendo apuntar y decir: «se los dije».
La credibilidad lo es todo para un político. El sentido común y el ejercicio mínimo de honestidad en un clima tan enrarecido debería decirle primero a Olivares y luego a los que hacen daño al partido en su obstinación, de que el pueblo Dominicano les votó en una ola de cambio, entre otras cosas, para que demostraran que pueden ser Cambio y no para que a la primera oportunidad falten a lo único que puede defender a un ser humano en un mundo tan convulso… el cumplimiento de su palabra.
