Recordar lo ocurrido con Orson Welles y su dramatización sorpresa de «La Guerra de los Mundos» aún causa escalofríos; infundir miedo, incluso como un espectáculo, puede tener consecuencias graves, incluso suicidios.
El «experimento social» llevado a cabo en los espacios del Nuevo Diario plantea que la sociedad y los «sonidistas» están al límite en una sociedad desorganizada y cada día más violenta, tras unas elecciones traumáticas y a un día del discurso presidencial.
Dicho esto, resulta curioso lo que parece tipificar la ley dominicana sobre actos de terrorismo…
Las preguntas que surgen son: ¿qué pasaría si alguno de los comunicadores sufriera un infarto? ¿Y si alguno de ellos estuviera armado y respondiera con fuego real? ¿Y si alguien, sin entender que es un montaje, interviniera y matara al actor al salir?
La irresponsabilidad tiene nombres y apellidos en este tipo de eventos que no pueden repetirse y, por desgracia, esta vez involucra a un medio que en otro momento fue prestigioso, pero que ahora ve este suceso como un paso hacia el descrédito.
¿Quién lo sabía? ¿Se violó alguna ley? ¿Se puede considerar lo escenificado como un acto de terrorismo?
REFERENCIA
El **30 de octubre de 1938**, **Orson Welles** demostró por primera vez el grandísimo poder de los medios de comunicación de masas, y en particular, la capacidad de la radio. Aquella tarde se emitió **»La Guerra de los Mundos»** a través de la norteamericana **CBS** ². Este episodio fue parte de la serie de radio **»The Mercury Theatre on the Air»** y fue dirigido y narrado por **Orson Welles** como una adaptación de la novela de **H. G. Wells**, **»La Guerra de los Mundos»** (1898). La transmisión se realizó en vivo a las **8:00 p.m. (hora del este)** y causó un gran revuelo al convencer a algunos miembros de la audiencia de que estaba teniendo lugar una invasión marciana. Aunque la magnitud del pánico es objeto de debate, ya que el programa tenía relativamente pocos oyentes, este episodio se ha vuelto famoso por su impacto ¹³.
La emisión comenzó con un monólogo introductorio basado en la apertura de la novela original. Luego, el programa adoptó el formato de una noche de programación de radio típica, interrumpida periódicamente por boletines de noticias. Los primeros informes interrumpieron un programa de música en vivo y describían explosiones inusuales en Marte, seguidos de un informe aparentemente no relacionado sobre un objeto desconocido que caía en una granja en **Grovers Mill, Nueva Jersey**. La crisis escaló dramáticamente cuando un reportero en el lugar describió criaturas emergiendo de lo que evidentemente era una nave espacial alienígena. Los alienígenas utilizaron un rayo de calor contra la policía y los espectadores, y el corresponsal de radio describió el ataque en pánico creciente hasta que su transmisión de audio se interrumpió abruptamente. Esto fue seguido por una serie rápida de actualizaciones de noticias que detallaban el inicio de una devastadora invasión alienígena y los infructuosos esfuerzos del ejército de EE. UU. por detenerla. La primera parte del episodio culminó con un informe en vivo desde una azotea en **Manhattan**, donde un corresponsal describió a los ciudadanos huyendo del humo venenoso liberado por las gigantescas «máquinas de guerra» marcianas hasta que tosió y quedó en silencio. Solo entonces el programa tomó su primera pausa, aproximadamente treinta minutos después de la introducción de Welles. La segunda parte del programa adoptó un formato más convencional de drama de radio, siguiendo a un sobreviviente (interpretado por Welles) lidiando con las secuelas de la invasión y la ocupación marciana en curso de la Tierra. El segmento final dura aproximadamente dieciséis minutos y, al igual que la novela original, concluye con la revelación de que los marcianos fueron derrotados por microbios en lugar de por los humanos ¹..
