Se trata de la primera vez que mapean un planeta que no es la Tierra gracias a la información de cientos de terremotos marcianos recopilada por el módulo InSight.
Durante más de dos años el módulo InSight de la NASA ha estudiado el suelo de Marte gracias a su sofisticado sismómetro. Ahora, equipos internacionales de investigadores han publicado una serie de artículos en los que resumen los impresionantes hallazgos realizados en las profundidades del planeta rojo, proporcionando una comprensión sin precedentes de su corteza, manto y núcleo.
Se trata de la primera vez que los científicos mapean un planeta que no es la Tierra. Los datos recopilados no solo ofrecen una visión de cómo es Marte en la actualidad, sino también de cómo solía ser e incluso cuándo se formó.
«Está formado a partir de bloques de construcción similares a nuestro propio planeta, pero Marte se ve muy diferente. Hay mucha evidencia de que su evolución ha sido muy distinta. Y ahora tener esta imagen de las capas del planeta nos dará las herramientas para averiguar cómo se formó», señaló la sismóloga Sanne Cottaar.
Los científicos creen que la corteza marciana podría ser no tan gruesa como se creía, compuesta por dos o tres capas. Por otro lado, encontraron que la capa superior del planeta, la litósfera, era muy gruesa, de unos 500 kilómetros. El hecho de que sea casi el doble que la de nuestro planeta, podría explicarse porque Marte quizás nunca tuvo tectónica de placas, según los expertos.
A mayor profundidad se encuentra el manto, cuya composición es similar a la de la Tierra, aunque solo posee una capa.
Un núcleo líquido y poco denso
Además, InSight confirmó que el núcleo de Marte es líquido y mucho más grande de lo que se creía, con un radio de 1.830 kilómetros. Respecto a su composición, sugieren que, dentro del hierro fundido y el níquel, también hay elementos más ligeros que reducen la densidad.
«Para que Marte haya acumulado esta gran cantidad de elementos ligeros como azufre, carbono, oxígeno e hidrógeno en su núcleo, debe haberse formado muy temprano. Tal vez incluso cuando la nebulosa solar aún existía. Este no es el caso de la Tierra, que se formó más tarde», explicó a IFLScience el autor Amir Khan.
La actividad sísmica en Marte es muy baja en comparación a la Tierra, pero el análisis de las ondas que se producen proporciona una idea de la composición interna del planeta. «Esperamos terremotos marcianos adicionales que sean diferentes de los anteriores para proporcionar la información que falta para completar el modelo», señaló la investigadora Brigitte Knapmeyer- Endrun.