#opinión @fdo_buitrago
Viejos y nuevos servidores públicos, funcionarios
Cada época tiene sus líderes, sus cuasi líderes, sus impulsados, sus coyunturas, pero son similares.
Los del PLD se creyeron eternos, decían que poseían una fábrica de presidentes y que gobernarían hasta el 2044… y salieron del poder en «dos días».
El Plan Social y otros, al servicio del clientelismo, alcaldes llegando, aspirantes inscribiéndose, el PLD detenía los titulares cuando su poderoso «Comité Político» se reunía, la nación aguantaba la respiración, algo cambiaría porque la OTAN algo decidiría.
En menos de dos años, en una combinación fatal de contradicciones internas, abandono ideológico, «referentes» colocados en gavetas, sexo, corrupción, impunidad, se conjugaron en un contexto de lucha contra la impunidad y otros reclamos sociales y nada pudo detener la caída, como si fuera una revolución de nuevo tipo, sea quien sea se caería y en espera, estaba Luis Abinader y el PRM, con un discurso de cambio.
El cambio llegó solo en la mente del presidente y dos o tres… los que se instalaron eran justo clones de los morados, ávidos de montarse en las tahoe y colocarle spotlights, si se puede, flanqueadores y si mejor se acomodan, dos o tres jipetas de seguidores y «secretarias», armados preferentemente para parecer «jefes», escondiéndose del presidente que les fiscaliza y los «mantiene a raya», a sabiendas de que el discurso del cambio es demasiado reducido y está solo considerado por algunos, minorías siempre dentro de cualquier gobierno.
Realidad social, pobres y ricos, somos manada, inquisidores y opositores si estamos fuera, pero cuando llegamos, lo hacemos con las mismas ansias, el «hambre» similar de poder y figureo que, seguro, a veces, impulsa a corromperse y peor, creerse.
Terminan tratando de ser diputados, regidores, alcaldes, o senadores, porque creen que tener un cargo decretado en una institución que trae consigo el poder de dar empleos, se traduce en votos, lo mismo que creían los morados hasta que un día fueron sacados abruptamente del poder y lo perdieron todo.
Nada convencerá a los nuevos funcionarios, sus anillos y hasta a sus «lambones» de que no son líderes nada, que solo son servidores públicos, que deben cuidarse de no caer en dolo, porque la sociedad hoy está vigilante y hasta el mismo presidente los manda a «freír»… los «cargos de poder» transforman al hombre como la cenicienta, hasta que posiblemente la «calabaza se despierte» incluso, antes de tiempo y por ahí los veremos, dando pena como a muchos del PLD vemos, escondiéndose de vergüenza en cafeterías y restoranes por creerse lo que nunca fueron, eternos.