Un dirigente peledeista me comentaba cuál era la causa de que, a pesar que el gobierno esta empeñado en obras sociales como nunca en la historia antes hubo, las críticas desde la militancia hacia el presidente y su equipo de gobierno, funcionarios, directores, son crudas.
«comesolismo superlativo»… asi lo calificó… «todo lo quieren para ellos, no boronean, todo en muy pocas manos», se quejaba… «antes habia consideración, comiamos, pero ahora si no eres de esos anillos no comes» concluia.
Eso justifica el por qué los llamados a la militancia a defender la obra de gobierno no causa emosión y tiene que ser respaldada por entregas de dádivas.
Otros funcionarios se ocupan de salir en campaña difundiendo a la propia militancia la obra del gobierno, lo cual constituye en si misma una contradicción pues deberian «sentirla», y que los usuarios de estas conferencias es «porque hay que ir» y no porque se sientan identificados.
Cierra el círculo vicioso la inamobilidad de funcionarios con muy baja reputación y el «afuereo» de otros que poseen gran respaldo. La forma en que Danilo Medina decide quien si y quien no debe «comer» es todo un misterio.
Aun cuando la obra de la presidencia de Danilo Medina para nadie es un secreto ha sido la más humana de todas, la realidad es que a lo interno se acusa de ser la que no ha sabido consensuar las «necesidades» de la militancia con las «mieles del poder».

