Comienza la gran prueba de fuerza de los ferroviarios contra Macron

macronHoy lunes comienza la histórica huelga a repetición llamada a causar grandes perturbaciones en la red nacional de ferrocarriles durante el próximo trimestre.

Según las primeras estimaciones oficiales de la SNCF (Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses, semejante a la RENFE española), un 77% de los conductores de trenes van a estar en huelga de dos a tres días por semana, hasta finales de junio, a partir de las 7 de la tarde de hoy.

Se trata de una prueba de fuerza de todos los sindicatos de ferroviarios contra el proyecto de reforma anunciado por el presidente Emmanuel Macron.

 

Es la primera vez en la historia reciente del sindicalismo francés que se convoca una huelga a repetición, durante un largo trimestre. Y la movilización anunciada pudiera provocar trastornos nacionales con muchas ramificaciones europeas.

A partir de esta tarde, dos o tres días por semana, todos el personal de la SNCF está convocado a participar en la huelga. La participación anunciada del 48% del personal de la empresa y el 77% de los conductores de trenes en la histórica huelga afectará de manera bastante dura al tráfico de viajeros y mercancías.

Siendo Francia una encrucijada ferroviaria europea, la huelga pudiera afectar, así mismo, al tráfico con España, Italia, el Reino Unido, Suiza, Luxemburgo y Bélgica.

Según los primeros cálculos de la empresa, durante los primeros días de huelga (esta tarde/noche, mañana y pasado), solo podrá funcionar uno de cada diez trenes de alta velocidad, tres de cada cuatro trenes internacionales, y entre la mitad y un tercio de los trenes «convencionales».

La empresa invita a los usuarios nacionales e internacionales a «consultar» vía internet el estado de las comunicaciones. Durante los días de huelga, no será nada fácil hacer consultas telefónicas ni personales en ninguna estación de ferrocarril.

Los sindicatos esperan que esta huelga «obligue» a Emmanuel Macron a retirar total o parcialmente su gran reforma de fondo de la SNCF y del estatuto laboral de los ferroviarios.

Los portavoces gubernamentales se dicen «confiados» y «serenos», esperando, sin confesarlo, que la opinión pública termine «sancionando» una huelga llamada a perturbar considerablemente el tráfico ferroviarios nacional durante un largo trimestre.

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