«Yo no robo, yo lo que vendo es droga»… hace poco hablaba así un apresado en flagrante delito y en su conciencia separaba un delito de otro como si uno de ellos no fuera.
Ahora, en medio del vaivén de algunos políticos que conforman el Concejo de Regidores de Santo Domingo Este, donde vemos que como cucarachas borrachas de veneno algunos van en andar descontrolado, de izquierda a derecha o viceversa, mordiéndose sus palabras y hasta se ofenden.
La coherencia rara vez se posa en la mente de quienes deben tomar decisión y el valor, casi nunca.
Siempre se habla de que los políticos se «venden» a un objetivo específico observando el aumento de su riqueza acumulada luego de pasar por sus cargos, pero pocas veces se desnudan las múltiples formas o justificaciones por la que estos cambian.
¿Cuáles son las causas que hacen que un político adopte una posición específica o la cambie?
Estas son las principales opciones:
1) El poder (o «algún poder») le recuerda que posee negocios turbios o no «tan legales» y que puede ser visitado por Impuestos Internos
2) Amenazas a su muerte o de su familia.
3) Limpiar alguna deuda que tenga en algún banco.
4) Políticos que poseen proyectos del estado, beneficiándose con ellos y temen a perderlos si mantienen una posición coherente o medianamente digna.
5) Miedo a perder privilegios ya sea en alguna nómina, proyectos, familiares cobrando en el estado o algún familiar en alguna onerosa y jugosa «beca».
6) Líneas partidarias… cada político tiene un jefe y casi siempre les obedecen.
7) Que le engorden su cuenta bancaria.
A veces un simple comentario de alguna voz con poder logra que no solo el político cambie su discurso, sino que se vuelva un defensor de lo que realmente, en el mundo de su corazón sabe que es incorrecto o adversa.
Por desgracia, estas ambivalencias no son exclusivas de los políticos, el ser humano tiende a velar por sus intereses y por ellos, si tiene que vender su alma al diablo o traicionar un esfuerzo colectivo proceden a ello a sabiendas que moralmente siempre habrá consecuencias… pero… casi siempre, estos vaivenes salen de personas a los que la moral, la ética y otros valores humanos le abandonaron hace rato.