Cuba ha anunciado que inmunizará a su población contra el covid-19 con sus propias vacunas, Soberana 1 y 2, desarrolladas por el Instituto Finlay, que se espera que estén disponibles en el primer semestre de 2021.
Pero el aporte de la isla a la salud no solo ha venido de la mano de esta nueva fórmula, sino que está marcado durante décadas por la contribución del Contingente Henry Reeve, un grupo de médicos que han trabajado en diferentes partes del mundo, también ahora durante la pandemia de coronavirus.
El envío de profesionales de la salud por parte del Gobierno cubano para ofrecer apoyo a países con sistemas sanitarios precarios, o que enfrentan graves crisis sanitarias, se ha manifestado en esta ocasión con la partida de personal médico a casi 40 países del mundo, algunos en el corazón de Europa, para luchar contra los estragos provocados por el covid-19.
Sabor agridulce en México
Uno de esos doctores es Raimundo Bravo Rodríguez, médico intensivista, que viajó a México, uno de los países más afectados por la pandemia en el continente americano: «México nos solicita a nosotros en el momento del pico de la covid, de la primera ola, y la mortalidad realmente bajó», cuenta este sanitario.
Pero la experiencia en México no fue completamente positiva, sino que dejó un sabor agridulce por el cuestionamiento que enfrentaron tanto del colegio médico local como de la prensa opositora al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pero la finalización de su labor llegó con satisfacción: «Logramos el reconocimiento de los pacientes, el reconocimiento incluso de aquellos médicos que en un momento determinado nos rechazaron, el reconocimiento de la dirección de los hospitales donde trabajamos», cuenta Bravo Rodríguez.
«Los profesionales de la salud de Cuba han sido formados en una visión humanista, no comercial. En el mundo la medicina es un negocio, es buscar dinero»
Al igual que este profesional de la salud, miles de médicos, enfermeros y técnicos de la salud se desplazaron en 59 brigadas a casi 40 países. Uno de los responsables de este proyecto es el doctor Jorge Delgado Bustillo, director de la Unidad de Colaboración Médica, que asegura que a sus manos llegan solicitudes de decenas de Gobiernos que requieren su apoyo.
Además, Delgado Bustillo sostiene que Cuba es uno de los países más preparados para ofrecer estos servicios, tanto por su experiencia como por los principios en los que son formados sus profesionales. «Nuestra colaboración médica se ha caracterizado por ser solidaria y humanista, y los profesionales de la salud de Cuba han sido formados en una visión humanista, no comercial. En el mundo la medicina es un negocio, es buscar dinero», afirma.
Críticas desde EE.UU.
A pesar de esta encomiable labor, el Contingente Henry Reeve ha sido blanco de críticas, como las provenientes de Washington, donde se les ha acusado, entre otras cosas, de ser promotores de la ideología comunista. Sin embargo, muchos expertos opinan que se trata de una estrategia con fines políticos coordinada con los grandes medios de comunicación.
Así lo defiende el bloguero y analista político Iroel Sánchez. «Cuando uno ve el papel de los grandes medios fabricando historias, muchas veces muy manipuladas, sobre esta colaboración médica, no hacen más que recordar las grandes operaciones de propaganda de la Guerra Fría, como las que hizo EE.UU. sobre la guerra de Vietnam o la presencia de Cuba en Angola», cuenta.
A pesar de este tipo de reproches, la labor del Contingente Henry Reeve ha hecho que numerosas organizaciones sociales y políticas en el mundo estén impulsando su candidatura al Premio Nobel de la Paz.