Crimen medioambiental: ¿Permitiremos la extinción del guaconejo?

Este árbol endémico de la isla Hispaniola, cuyo nombre científico es amyris balsamífera, también conocido como árbol de sándalo de las Indias Occidentales, pertenece a la familia de las rutáceas, que incluye otros arbustos y árboles como el naranjo, limón, tilo, kumquat y otras plantas cítricas. En una ocasión, había una empresa que recolectaba el rechín de limón y de naranja agria, producto final que vendía en Francia como aceites esenciales, para la elaboración de perfumes.

EXPLOTACION DEL GUACONEJO

Los grandes bosques de amyris se encontraban en Haití, cuyos habitantes recolectaban los troncos secos y le extraían el aceite para venderlo a compradores locales que luego lo exportaban. En la etapa inicial, los grandes sembradíos estaban en la parte de Haití, desde donde se extendió a lo que es actualmente el Parque Jaragua. Los haitianos, han seguido con la explotación de estos árboles, que para ser útiles deben haber estado secos por al menos diez años. Esto implica, que el árbol verde no tiene utilidad, ya que todavía no se ha impregnado de aceite. Entonces, los depredadores haitianos los utilizan para hacer hornos de carbón.

Nuestro vecino país, todavía no tiene una gran cantidad de estufas, sean eléctricas o de gas, por lo cual utilizan el carbón vegetal como medio para preparar sus alimentos. Los sacos de carbón son embarcados en el limítrofe Lago Azuey en canoas o yolas, para ser vendido en el principal mercado el cual resulta ser, Port-au-Prince, la capital del país.

Gran parte de los maderos de guaconejo provienen del Parque Jaragua en donde la institución conocida como Grupo Jaragua, ha denunciado por medio de su directora ejecutiva, Ivonne Arias de Inchastegui quien ha mantenido una lucha permanente para que se impida a los depredadores haitianos continuar con el corte de la preciada madera que produce el aceite esencial. Esta institución ha denunciado la falta de guardaparques, los cuales han desertado por el bajo salario que perciben, amñen de la falta de equipos y animales para hacer los recorridos y verificar el estado de los árboles y animales y aves, ya que se ha comprobado que también atrapan las iguanas para venderlas como carne comestible.

Lo valioso del aceite que proviene del guaconejo es que sirve de base para estabilizar las fragancias de los perfumes que se elaboran a partir de la madera muerta.

Se ha comprobado, que desde hace más de una década en la parte del territorio haitiano el guaconejo ha desaparecido completamente, en donde todavía en los años 50, habían una gran cantidad. Es por eso, que los habitantes de ese depauperado país los cuales para subsistir están obligados a delinquir y apropiarse de bienes de los cuales ya no poseen. La poca vigilancia y la violación continua de nuestra “blindada frontera”, hace posible que estos infelices invasores, acaben; no solo con los árboles, sino con todo lo que sea a su paso, posible depredar.

Un defensor, el doctor Franklin Fajar con estudios en prestigiosas universidades alemanas, afirma que es solo la madera muerta de manera natural, la única que posee el aceite encapsulado para ser llevada a las fábricas procesadoras. Declarando además, que la madera viva de guaconejo, no tiene valor para la industria de perfumería, ya que no contendría alcoholes.

Es hora ya, que nuestras Fuerzas Armadas que están destinadas a salvaguardar nuestra frontera, destinen un pequeño contingente de militares destinados a nuestros parques nacionales. De no tener una protección armada, las “aves de rapiña”, tanto extranjeras como nacionales, seguirán en sus buenas y “tan campantes como el wiski aquel”. Ojalá que alguna autoridad, se apiade de nuestro guaconejo y sientelas bases para su estricta protección.

Del guaconejo se extrae un aceite utilizado en perfumería

Gran parte de los maderos de guaconejo provienen del Parque Jaragua

Los haitianos los cortan y se los llevan a Haití, pues no hay vigilancia

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