¿Cuarentena?

Carlos De Peña Evertsz 500

¿Cuarentena?

Las imágenes no ven, equivocación tuya, las imágenes ven con los ojos con que las ven, sólo la ceguera es ahora para todos. Ensayo sobre la Ceguera. José Saramago, 1995.

Todo génesis es la apertura de un mundo (o del mundo único), el comienzo de los comienzos. El punto de partida de las primeras partes en todas partes, el arranque de todo cuanto es, va siendo y sintiendo. El inicio siempre es un catálogo de incertidumbres temporales pendientes de hacerse certezas. Es la llave que abre la puerta de la existencia, de la presencia y de la ausencia del ser que se hace social en tanto existe con otros, desde otros y con otros en un espacio histórico determinado. A menos que cual Adán, se trague la manzana envenenada y se indigeste de individualidad y soledad.

 

¿Dónde comenzó el inicio del génesis de este “novo” mundo en gestación?, ¿De qué puerto están saliendo las naos de Cristóbal Virus a enfermar y matar a la posmodernidad occidental tecno virtual?, ¿Qué están descubriendo o colonizando estos conquistadores virales?

El neoliberalismo triunfante de la guerra fría nos trajo la democracia del esparcimiento, la virtud triunfante del super yo que es “libre” cuando consume mercancías y transacciones que parecen ser relaciones, sobre todo si suceden en las vitrinas virtuales. La carga de conciencia del espejo particular se esconde, dando paso a los espejismos del trueque de almas a la deriva vendiendo sus cuerpos al mejor postor por productos en oferta de “oportunidad”. El centro comercial y/o sus imitadores barriales son el templo donde todos oramos y predicamos la palabra del Dios-Mercado, el sagrado recinto donde la multitud es comunidad, aglomeración y sentido colectivo a ritmo del éxtasis pasajero del instante lúdico, donde el parecer derrota por nocaut al ser y se declara campeón del simulacro global.

Entonces, en un azar de la historia, llega el virus colonizador con su flotilla de naos imperiales a obligar a los habitantes originarios de las ciudades a disputarse el rumbo de la dinámica de confinamiento. Ganará en el videojuego pandémico la especie que mejor logre mantener intacta su identidad de consumo y al final del encierro salga triunfante a comprar.

Ahora, el virus coloniza los territorios mercantiles y los deja vacíos de relevancia. Mientras, los gobiernos de todos los matices se preocupan haciendo creer que se ocupan de una crisis que no esperaban, que no calcularon y que no les hace gracia a sus agendas de poder. Y encierran y enclaustran o al menos eso intentan lograr. Esconder y esconderse parece ser el mejor arsenal con que cuentan los administradores del “orden global”. La competencia, asesina en serie de la cooperación, se vuelve caníbal de sus propias miserias, todos quieren el mejor salvavidas posible para sobrevivir y coexistir con los nuevos amos, los reyes virales.

¿Cuarentena?, ¿Contra quiénes?, ¿Para cuidarnos de qué y de quién?…

¿A cómo tienes el pase libre para seguir viviendo la misma vida anterior?, ¿Aceptas cheque o tarjeta?, ¿Cómo puedo conseguir una cita con algún representante de los virus colonizadores? …por los siglos de los siglos, amé

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