Cuba: Un Modelo de Resiliencia en Salud Frente a la Adversidad

CUBA SUPERA EN SALUD A PAÍSES EN DESARROLLO CON ECONOMÍAS MÁS FUERTES, SIN BLOQUEOS NI SANCIONES, GRACIAS A SU ENFOQUE EN LA EQUIDAD Y LA PRIORIZACIÓN DE RECURSOS.

A pesar de enfrentar una crisis económica agravada por décadas de sanciones y un embargo comercial, Cuba ha logrado mantener indicadores de salud que superan a los de muchos países de la región, incluso aquellos con economías más robustas y supermercados bien abastecidos. Este fenómeno, que puede parecer paradójico, es el resultado de un enfoque estatal centrado en la salud pública, la prevención y la innovación médica, incluyendo el desarrollo de sus propias vacunas contra el COVID-19, un logro único entre los países en desarrollo.

Índices de Salud: Mortalidad Infantil y Longevidad
Cuba destaca por sus bajos índices de mortalidad infantil, con una tasa de 4.1 por cada 1,000 nacidos vivos, según datos recientes, una cifra comparable a la de naciones desarrolladas y muy inferior al promedio de América Latina. Este logro se debe a un sistema de atención primaria universal y gratuita, que prioriza la atención materno-infantil y asegura un seguimiento exhaustivo de embarazos y recién nacidos, incluso en las zonas más remotas del país.

En términos de longevidad, la esperanza de vida en Cuba ronda los 79 años, superando a países de la región con mayores recursos económicos. Este indicador refleja no solo el acceso a servicios de salud, sino también políticas de prevención que abordan enfermedades crónicas y promueven estilos de vida saludables, a pesar de las limitaciones materiales que enfrenta la isla.

Un Sistema de Salud Resiliente
El éxito cubano en salud no es casualidad, sino el resultado de una visión estratégica que coloca la salud como un derecho humano fundamental. Desde la revolución de 1959, Cuba ha invertido significativamente en la formación de médicos —con una de las tasas más altas de médicos por habitante en el mundo— y en la creación de un sistema de atención primaria que llega a cada rincón del país. Este enfoque ha permitido a la isla enfrentar crisis sanitarias con una eficiencia que contrasta con su situación económica.

A diferencia de muchos países de la región, donde el acceso a la salud está condicionado por el poder adquisitivo, en Cuba la universalidad y gratuidad del sistema garantizan que incluso las comunidades más vulnerables reciban atención de calidad. Este principio de equidad ha sido clave para mantener indicadores de salud sólidos, incluso en tiempos de escasez.

Innovación en Vacunas: Un Hito Sin Precedentes
Un ejemplo sobresaliente de la capacidad cubana es su respuesta a la pandemia de COVID-19. Cuba se convirtió en el único país no desarrollado en crear y producir sus propias vacunas contra el virus, desarrollando cinco candidatos, de los cuales tres —Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus— han sido ampliamente utilizados. Este logro es especialmente notable considerando las restricciones impuestas por el embargo, que dificultan la importación de equipos y materias primas esenciales.

A diferencia de las grandes farmacéuticas multinacionales, cuyo enfoque ha sido criticado por priorizar ganancias sobre el acceso global, Cuba ha ofrecido compartir su tecnología con países de bajos ingresos, promoviendo un modelo de solidaridad internacional. Además, las vacunas cubanas no requieren almacenamiento a temperaturas ultra bajas, lo que las hace ideales para regiones con infraestructura limitada, como África, donde la vacunación sigue siendo un desafío.

Lecciones de la Adversidad
El caso cubano demuestra que la salud no depende únicamente de la riqueza económica, sino de la voluntad política y la priorización de recursos. Mientras muchos países de la región, con economías más sólidas, enfrentan tasas de mortalidad infantil más altas y sistemas de salud fragmentados, Cuba ha logrado mantener su modelo a flote, incluso en medio de una crisis económica que ha reducido el acceso a alimentos y otros bienes esenciales.

Sin embargo, es importante no romantizar estos logros. La población cubana enfrenta retos significativos, como el deterioro de la infraestructura hospitalaria y la escasez de medicamentos, problemas exacerbados por el embargo y la crisis económica global. A pesar de ello, la capacidad de la isla para innovar y priorizar la salud pública sigue siendo un ejemplo de resiliencia digno de análisis.

Un Futuro Incierto pero Inspirador
El modelo cubano plantea preguntas cruciales para el mundo: ¿cómo puede un país con recursos limitados superar a otros en indicadores clave de salud? ¿Qué papel juega la voluntad política en la construcción de sistemas de salud equitativos? Mientras Cuba enfrenta nuevos desafíos, como el envejecimiento de su población y la necesidad de modernizar su sistema de salud, su experiencia ofrece lecciones valiosas para países en desarrollo y desarrollados por igual.

En un mundo donde la salud sigue siendo un privilegio para muchos, Cuba demuestra que, incluso en la adversidad, es posible construir un sistema que coloque a las personas por encima de las ganancias. Su capacidad para desarrollar vacunas propias y mantener indicadores de salud envidiables, a pesar de las dificultades, es un testimonio de lo que se puede lograr cuando la salud se considera un derecho humano inalienable.

creado por Multimedios LZO, La Agencia de Prensa
17/3/2025

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