Crecieron políticamente casi juntos, Danilo y Leonel, algunos le acompañaban…como compañeros de viaje, no hay por que llevarse siempre bien, se discute, se resbala, se abraza y hasta quien sabe, quitarse una novia… como todos compañeros de viaje en un proyecto que se queira o no, es conjunto… común, de varios.
Hoy, dos de los compañeros han sido presidentes y ambos luchan por mantener hasta el fin, su liderazgo, su poder… que no es lo mismo pero se escribe similar, de cara a escenarios complejos de un mundo que si bien cada día esta peor, exige de una hipócrita y siempre guiada transparencia.
En el camino, Danilo brilló de quille con aquellas palabras legendarias: «me derrotó el estado», en alusión al uso abusivo por parte de su compañeros de partido y en ese momento adversario, Leonel Fernandez, para que no fuera candidato y él prevalecer.
Pero al final, llegó, prometiendo gobierno austero, capaz, sencillo, y nuevamente enamoró con no salir en las rimbombantes negras «tahoe» sino en un «carro» «normal», pero más cercano al suelo, en señal de humildad.
Ese fue el Danilo que extrenaba su segunda temporada política con su llegada al poder, dejando toda la lucha por cruzar el umbral de Fernandez, líder con el mismo tamaño de ego pero con la cinta puesta transversal, que hoy dejaba.
Danilo entonces, introdujo en su gobierno, poco a poco, la llamada sociedad civil que no es mas que militancia de gobiernos e intereses foráneos, alejó aquellos grupos de poder partidistas que «no dejan gobernar» hasta llevar esa práctica a los compañeritos de la base, a quien quitó el sustento del clientelismo al que Leonel les había acostumbrado, a la misma vez que desaparecía los círculos de estudios y cerraban los locales del partido… Danilo cerró su círculo, «no hay na’ pa nadie», se «acabó la borona», a la vez que «democratizaba hacia afuera algunos procesos, como es la comunicación (comprando también la disidencia y dando paso al silencio cómplice de la prensa), cambio el tema de las licitaciones por tramposos procesos aparentemente menos » a deo» quue cuando Leonel y comenzó a dar decretos a personas «ajenas» al PLD pero «que ayudaron» e incluso, alguna que otra institución se convirtió en pasarela de tantas damas con el bisturi aun marcado en sus cuerpos, con relaciones claro, cercanas, a las castas que gobiernan.
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Danilo mutó o… tal vez no lo hizo… el semblante cambió, varios de sus allegados hablaron hasta de un nuevo redentor de la patria y menos mal que no intentaron cambiar el apellido… lo cierto es que el presidente… ya no es el mismo.
Para los capítulos finales de la segunda temporada los suyos comenzaron a caer, el primero, su asistente, a quien por «modestas sumas» sumermillonarias intercambiaba guiones mediáticos y de control social para generar popularidad (no importa si inflada), con tsunamis de noticias del mesías, como sabe hacer cualquier relacionador público de calidad.
Un caso explotaba en el extranjero, una empresa habría comprado voluntades por doquier y su guía sale preso junto a su esposa, al extranjero, mientras ahora, tendría que lidiar con un caso tras otro, marchas en las calles, el clima raro y un Fernandez golpeado pero vivo, que quiere redimir y dar su ultima estocada luego que un sablazo llamado Quirinazo, una emboscada de sus «compañeritos» le rompieran el paso del 2016 dando paso a la tragada, de un bocado, de un tiburón que además de podrido, pudre entrañas.
Danilo entonces, plantea no dejar subir a su ya no compañero de viaje, Fernandez, a quien convirtió en lo político, llegando a acciones de desprestigio personal, en adversario casi enemigo, ennvuetos ambos en el velo de la supervivencia como especie… digo… como partido.
No puede pasar, el muro del llamado Leonelismo, con estrategias válidas, contundentes, le cierran el paso, Danilo no los ve venir, los cree débiles, Quirino intenta regresar y no puede, Baily sale apresurado con dizque denuncias y tampoco puede, el tiempo se acaba, Leonel gana.
Danilo entonces, con rostro ensombrecido reconoce la derrota, cada frase combinada con su rostro auguraba venganza… requería claro, de luto.
Pero sus otros «compañeros» no le dieron paz, llegaron, uno al lado del otro, uno detrás del otro frente al aun dolido presidente para que él escogiera quien comería primero de su cuerpo maltratado… como aves de carroña. El reloj pasa, pensarían, ya está muerto por ahora, alguien de nosotros tiene que ser… «tin marin de dos pingue».
El misterio siempre será, que impuso a Danilo a aceptar a Gonzalo, quien evidementemete no llega políticamente a la suela de los demás precandidatos, a salir a la pelea,, con una renuncia al cargo de ministros que no está validad y con todos los recursos del estado a su favor y la aceptación de Danilo que, evidentemente había dado la orden: «PURGA, QUE NO QUEDEN VIVOS»
El presidente,,, aun, entra en la etapa de su propia salvación pues aquellos expedientes estan aun abiertos, su obra cumbre (que no es el teleférico), Punta Catalina, un desatre de relaciones públicas, parada y ya en pleno convencimiento que no será lo que se prometió y cuidado, ni del estado termine siendo, fracaso, aun algunas políticas sociales han sido, seguro, exitosas, el legado de Danilo no será tan palpable…
En medio de la desprestigiada comunicación de presidencia que se afana en crear infografías quue y ya nadie ve, que a nadie ya le importa, Gonzalo sale arrollador, sin carisma, aplasta a todos sus competidores que desvergonzados, salvo raras excepciones que salvan la honra, se autosepultan políticamente con los metros de tierra del descrédito y la sumisión, Leonel respira aliviado y seguro pues sabe que nada inventado tiene buen final, en un ambiente que ni la propia presidencia tuvo la valentía de presentar las encuestas.
Danilo aparenta vida pero ya en retirada, sin lastres, sin los falsos danilistas que le adulaban para sucederle aun su cadaver estuviere aun caliente, sabe que si Leonel sube se retrasa para siempre su regreso, pero es Leonel quien puede garantizar que aquellos expedientes no lleguen a él a sabiendas que perder no es perder si lograste la salvación, como sea.
Comienza la tercera temporada del Danilismo… desde otra visión, con nuevos actores… los aliados de la segunda temporada, ya están sepultados.