Danilo habló de las mujeres y algunas de estas se encresparon.
Sin embargo, no seamos hipócritas, sino realistas.
Tal vez las palabras de Danilo no acotaran correctamente y algunas asumieran generalidad incluyéndose a ellas mismas, pero lo expuesto podría ser analizado sin el mediatismo casi ridículo de la «indignación».
La mujer en la República Dominicana lleva, en muchos casos, el apellido del esposo con orgullo, siendo este un rezago que la coloca, inmediatamente, al cobijo del esposo… casi en propiedad con el «DE».
Hasta «el otro día» la mujer en Dominicana era dependiente del hombre, se vanagloriaban que en caso de divorcio al hombre solo se le deja el «radio», y otros «dichos» y costumbres que más que dominicanidad desnuda la comodidad de la dependencia.
Hoy, cuando cada día más mujeres ganan dinero, incluso más que el esposo, queda el rezago de ver a la pareja masculina como proveedor y aunque duela decirlo, no seamos hipócritas… los comentarios de «ese hombre no da na», «no sangra», «su dinero es mio y el mio pal’ salón», hasta arrastrar el «ella se casó bien» cuando logro conquistar a un hombre de dinero, forma parte de los rezagos de una sociedad patriarcal, machista de la cual no se sale en un día.
Es cierto que hay muchas mujeres que se cobijan detrás de un esposo o un hombre (no es lo mismo) como solucion para salir de la extrema pobreza, de la pobreza e icnluso para estar mejor… otras cómodas ya, tambien se cobijan.
Es perte de la actitud de una sociedad en evolución y decirlo debe llamarnos a reflexión y no a la actitud oportunistas de negar realidades con tal de atacar al opositor político.
Por lo tanto, dejemos la politiquería barata a un lado, que la mujer y la sociedad entera luche por la plena igualad,d que no las tengan atadas a cuotas, que el apellido de madre pueda ser de primero también, que la mujer no lleve el De del esposo y otros derechos fundamentales y luego entretengámonos en lo que dijo un taciturno presidente presionado por la coyuntura política actual.

