Podría haber sido otro período de alcalde… exitoso, según los ciudadanos de la capital, y no habría tenido rival… pero la ficha de los Vicinni se desesperó, casi desconcertado, posiblemente se creyó independiente e imprescindible, sin entender que los puestos los dan los escenarios y él llego ahí gracias a una alianza de entes políticos entre los cuales se encontraba el gobernante… y ahora, todo cambió.
Poco se sabe a ciencias ciertas qué le pasó a David, muchos menos conocer de cuáles son los reales movimientos de los que le llevaron al podium para el futuro…todo se ha llenado de rumores y estos han perjudicado además, atrasado con creces la candidatura de Luis Abinader… la política es tiempo y cada día, importa.
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David, quien fue acogido erróneamente por el PRM creyéndole «uno de ellos» queda «sin pito y sin flauta» y así, sin una posición de incidencia del real poder, si acaso, retornaría o bien de funcionario de segunda en un eventual gobierno de Luis Abinader o simple, a su programa Emprendedores, llevando, como siempre, a los que nunca emprendieron.
En política no se predice el futuro… pero hoy David luce como un apostador fracasado, que lo ha perdido todo por jugar los números equivocados, en une liga prestada.
