El río Yuna es el segundo afluente más importante de la República Dominicana y el objeto de un proyecto que cuenta con un financiamiento de 34 millones de dólares, impulsado por diversas entidades internacionales, que busca fortalecer la resiliencia climática y el desarrollo socioeconómico de esa cuenca hidrográfica.
La iniciativa «De la Loma a la Bahía» fue anunciada en el marco del Programa Naturaleza, Personas y Clima, que desarrolla «The Climate Investment Funds» (CIF) en 2022, durante la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP27) y el borrador de su plan de inversión fue colocado recientemente por el Ministerio de Medio Ambiente en su página web, para fines de consulta pública.
El documento detalla que el objetivo general del Programa, preparado por las autoridades dominicanas y respaldado por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Financiera Internacional (IFC), es promover un manejo integral, resiliente y bajo en carbono de la cuenca del Yuna, a través de soluciones basadas en la naturaleza.
El proyecto hace énfasis en acciones, como fortalecer el marco regulatorio y las capacidades institucionales para la gestión integral de cuencas; restaurar y conservar ecosistemas claves en la cuenca del Yuna a través de la implementación de soluciones basadas en la naturaleza, y apoyar la resiliencia climática de la comunidad y sus medios de vida, a través de una diversificación económica positiva para la naturaleza.
Relación entre daño ambiental y pobreza
El plan de inversión cita como principal problema para la iniciativa la relación entre la degradación de los servicios ecosistémicos y la pobreza en la cuenca del Yuna, en un contexto de alta vulnerabilidad a los impactos del cambio climático.
En ese sentido, detalla: «el ciclo de degradación de servicios ecosistémicos y pobreza en la Cuenca del Yuna revela una interdependencia entre la degradación ambiental y la precariedad económica de las comunidades locales».
Agrega que la explotación insostenible de recursos naturales «alimenta esta dinámica negativa, reduciendo la disponibilidad de servicios ecosistémicos esenciales y exacerbando la pobreza. El cambio climático intensifica estos efectos adversos, aumentando la frecuencia de fenómenos climáticos extremos».
Las acciones
El documento indica que la primera acción, capacidad institucional y regulatoria, contará con una inversión de tres millones de dólares, que serán destinados a apoyar la elaboración y/o actualización de instrumentos estratégicos para la conservación del ambiente y uso de los recursos de la cuenca.
De igual forma, fomentará la capacitación del personal institucional en técnicas de gestión sostenible y la promoción de la coordinación entre las diferentes entidades gubernamentales y organizaciones que impactan en la cuenca.
La segunda acción abarca la restauración y conservación de ecosistemas. Contará con una inversión de 15.5 millones de dólares, que se emplearán en la planificación y ejecución de proyectos que aplicarán enfoques centrados en la naturaleza en la cuenca alta y la cuenca baja del Yuna. Incluye la restauración de manglares, reforestación, control de la erosión y sedimentación.
«Estas actividades contribuirán a fortalecer la resiliencia del ecosistema, promoviendo la biodiversidad, mejorando la calidad del agua y protegiendo contra inundaciones, en línea con el enfoque De la loma a la bahía».
Impulso a las comunidades
Las dos últimas acciones del proyecto se centran en las comunidades que habitan en las inmediaciones de la cuenca. Con una inversión de 11.5 millones de dólares, la iniciativa respaldará programas que fomenten la creación de oportunidades económicas, como el apoyo al desarrollo de turismo comunitario, mejora de las artes de pesca, cooperativas locales y capacitación en habilidades empresariales.
«De esta manera, se fortalecerá la resiliencia de las comunidades locales, reduciendo su dependencia en actividades económicas vulnerables y fomentando un desarrollo sostenible y participativo en la región», indica. La última acción se denomina «Dedicated Grant Mechanism (DGM)» y tiene como objetivo facilitar la participación efectiva de las comunidades locales dependientes de la cuenca del Yuna, para que tengan un mayor rol en el diseño de políticas y proyectos.