Una investigación internacional ha permitido reconstruir la historia evolutiva de los piojos de los mamíferos, incluidos los de los seres humanos. A través de datos genómicos y análisis cofilogenéticos, los científicos han podido determinar que el origen de estos parásitos se encuentra en un ancestro asociado a los elefantes.
El estudio, en el que ha participado la Universidad de Granada, demuestra que estos parásitos se originaron en el ancestro común de los afroterios, que se trata de un grupo de mamíferos de distribución africana al que pertenecen los elefantes, los damanes y las ratas elefante.
La colonización desde estas especies al resto de mamíferos, incluidos los humanos, se produjo porque los parásitos saltaron de hospedador en hospedador, es decir, pasando de parasitar una especie animal a otra.
Así, el análisis responde a una interrogante: los piojos de los afroterios, que acabaron siendo los mismos que padecían todos los mamíferos, provenían a su vez de un hospedador aviar, un ave o dinosaurio de la época.
Los piojos se dividen en más de 5.000 especies y se distribuyen entre los diferentes grupos de mamíferos y aves. Por esta razón, comprender sus patrones de diversificación arroja luz sobre la propia distribución de las especies en las que habitan y proporciona información acerca de los procesos evolutivos.