El astro tiene un tamaño comparable al de Júpiter, pero una masa ocho veces superior.
Un equipo internacional de científicos descubrió un exoplaneta casi tan grande como Júpiter, pero, a diferencia de nuestro vecino estelar, este joven planeta no se ajusta a ninguna de las teorías que explican la formación de gigantes gaseosos, convirtiéndolo en un verdadero misterio para los astrónomos.
De acuerdo al Instituto Max Planck de Astronomía, el llamado HD 114082 b tiene una masa ocho veces superior a la de Júpiter; sin embargo, es entre dos y tres veces más denso de lo que, según las teorías más aceptadas, un gigante gaseoso de solo 15 millones de años debería ser.
La densidad de este planeta es dos veces mayor que la de la Tierra, lo que es realmente notable si se considera que nuestro planeta está hecho de roca con un núcleo de hierro y níquel, a diferencia de los gaseosos, que en su mayoría se componen de hidrógeno y helio, los elementos más ligeros del universo.
¿Cómo se forman los gigantes gaseosos?
Ralf Launhardt, uno de los autores de la investigación, publicada en la revista Astronomics and Astrophysics, explicó que las teorías señalan que los planetas gigantes pueden formarse de dos maneras dentro de un disco protoplanetario de gas y polvo distribuido alrededor de una joven estrella central.
El primer proceso, conocido como ‘acreción del núcleo’, implica, en una primera etapa, la acumulación de un núcleo sólido de material rocoso. Una vez alcanzada una masa crítica, su fuerza gravitatoria atrae al gas circundante, conduciendo a la acreción de hidrógeno y helio hasta convertirse en un planeta gigante.
En el segundo modelo, denominado ‘inestabilidad de disco’, paquetes gravitacionalmente inestables de gas denso colapsan entre sí, hasta formar en un planeta gigante sin núcleo rocoso.
Dependiendo del modelo de desarrollo del planeta, el gas debería enfriarse a diferentes velocidades, determinando así la temperatura de los jóvenes planetas gigantes de gas. De esta manera pueden experimentar lo que los científicos llaman un «comienzo frío» o un «comienzo caliente», características que determinan el comportamiento de estos cuerpos celestes.
Tras calcular la masa del HD 114082 b y su periodo orbital, los científicos descubrieron que la combinación de masa y tamaño es incompatible con el desarrollo de las estrellas de comienzo caliente y, aunque encaja un poco mejor con las de comienzo caliente, tampoco se ajusta del todo a estos supuestos.
Launhardt explicó que, para los modelos teóricos actuales, HD 114082 b es demasiado pequeño para su masa, por lo que, o bien tiene un núcleo sólido inusualmente grande, o los modelos son incorrectos y la velocidad a la que los gigantes gaseosos se enfrían no han sido bien calculados. Incluso podrían ser ambas cosas. «Todo lo que podemos decir es que todavía no entendemos muy bien la formación de los planetas gigantes», agregó.