La población no conoce sus funcionarios, los intríngulis de sus funciones, los fracasos y errores, cualquier competencia en que ganen o pierdan es gracias… o desgracias, a sus afanes de protagonismos seguros con objetivos elementales electorales, nada que ver con la realidad al menos, en parte.
Los aparatos comunicacionales del gobierno actual se ha esmerado en vender a sus funcionarios hasta la saciedad y provocar dizque encuestas para su valoración, mientras que algunos que «ayer brillaron» hoy están en franca desgracia.
¿De qué sirve vender un funcionario como elegido por las masas?, ¿basados en que, cuál pueblo, cuál masa?.
Por desgracia, alguna prensa igualmente insípida, incapaz de crear contenidos por sí misma, se dedican a seguir estos guiones que no importa quien trate de venderlos, no solo es falso, sino que no sirve absolutamente de nada.
En el recuerdo del pueblo y únicamente por un tiempo quedarán los que trabajen bien y trasciendan más allá de la mala prensa y de las ventas de sus figuras en notas de prensa que nadie lee o en encuestas que nadie cree.