Algo tan elemental, en cualquier cuidad del mundo medianamente civilizada, es ocuparse de las normas contra incendios.
Los carros bomberos en todo Santo Domingo, superpoblado, con caos vial, sin control, no pueden pasar en caso de emergencia, cuando llegan muchas veces el fuego consumió lo poco que los habitantes tenían.
No hay hidrantes, no hay ordenamiento territorial, no hay nada, solo desorden… y así en el resto del país.
Es una deuda acumulada durante décadas pues lo que esta soterrado, no interesa.
Los políticos excluyen de sus propuestas estos temas, los candidatos a alcaldes ignoran incluso este tipo de complejidades que requieren los pueblos y cuidades… y se encierran en el clichet de contenes, basura y algún que otro asfalto.
Hoy, cuando ocurren tragedias como el de Villas Agrícolas, uno recurre a la pregunta si en realidad alguien cree en cuantos de cambios, modernismo o progreso.