En el escenario político actual, es esencial replantear y modernizar nuestros procesos electorales, dejando atrás prácticas obsoletas que han permitido la proliferación de la delincuencia política. La implementación del Voto Electrónico se presenta como la solución imperativa para rescatar la democracia de las garras de actos fraudulentos y manipulaciones que empañan la integridad de nuestros comicios.
El sistema actual, marcado por el uso de actas y el conteo manual, ha demostrado ser vulnerable a prácticas corruptas que desvirtúan la voluntad popular. El Voto Electrónico, al contrario, ofrece una vía segura y transparente para expresar la elección ciudadana. Elimina el margen de error humano y la manipulación de resultados, garantizando una representación fiel de la voz del pueblo.
La experiencia reciente ha revelado que el actual sistema de escaneo de votos ha generado desconfianza y ha sido propenso a irregularidades. La transición hacia el Voto Electrónico no solo modernizaría el proceso, sino que también fortalecería la legitimidad de los resultados, restableciendo la fe en la democracia.
Es factible y necesario implementar el Voto Electrónico en la República Dominicana. El evento del 2020 podría haber sido un llamado de atención para abrazar esta modalidad, liberando a la sociedad de liderazgos ficticios y permitiendo que los auténticos emerjan en un escenario político más transparente y confiable.
El compromiso con el futuro de la nación exige la adopción del Voto Electrónico. En un momento en que la desconfianza en los procesos electorales está en aumento, es crucial tomar medidas audaces para restaurar la fe en la democracia dominicana. La implementación del Voto Electrónico no solo sería un avance tecnológico, sino también un salvaguarda esencial para la integridad de nuestra república.