Las tres biobardas que se encuentran instaladas en los ríos Isabela y Ozama acumulan cada una alrededor de 15 toneladas de basura al día. De esos desechos, el 55 % corresponde a «foam», usado en vasos y platos, y el 45 % es tereftalato de polietileno (PET), empleado ampliamente para las botellitas plásticas.
El dato fue ofrecido por Vladimir Martínez, ingeniero de proyectos del Fideicomiso DO Sostenible, quien indicó que los eventos climáticos elevan la cantidad de residuos en los afluentes en un 45 %, debido al aumento del caudal.
El funcionario sostuvo que en el primer año de operaciones se han retirado más de 5,000 toneladas de basura, que posteriormente pasan a un relleno sanitario. Informó que el fideicomiso tiene en carpeta un proyecto para valorizar los residuos que se recuperen.
Martínez dio la información durante un recorrido encabezado por DO Sostenible, entidad que informó que las biobardas instaladas están a la altura de Domingo Savio (La Ciénaga) y La Puya. Se prevé la colocación de otras cuatro, de acuerdo a lo informado por las autoridades.
Efecto de comunidades
Unas 200,000 personas habitan en las inmediaciones de la cuenca Isabela-Ozama. Referente al impacto de estas familias en los afluentes, Martínez sostuvo que quienes viven próximo a las cañadas tienen un nivel de participación de un 40 %, mientras que el 60 % corresponde a los residentes de comunidades aguas arriba que tiran los desechos a los ríos.
«Hay muchas cañadas que tienen kilómetros y se vienen arrastrando los desechos», indicó el funcionario, al citar casos como el de la cañada de Bonavides, que tiene unos siete kilómetros.
Consultado sobre dónde se acumula la mayor cantidad de residuos, el también encargado del proyecto de biobardas señala que la cañada de las Tres Cruces tiene un caudal de arrastre que supera a los otros en un 30 %. El caudal sirve a las autoridades para determinar dónde colocar una de estas barreras.
Representantes del fideicomiso informaron que una de las barreras que se instalarán medirá 150 metros, que atravesará un tramo del río Isabela y contará con una compuerta para permitir la navegación de embarcaciones pequeñas.
Señalaron que la barrera busca que todos los residuos que vienen aguas arriba en el Isabela se detengan en ese tramo, para luego recolectarlo y clasificarlo. «Eso va a permitir que aguas abajo la presión de los residuos flotantes baje mucho y que las intervenciones sean estratégicas, puntualmente en las cañadas que mayor aporte de residuos les lleven a los ríos», indicó Jorge Hernández, de DO Sostenible.
Microvertederos
Durante el recorrido, se observaron montañas de residuos a la orilla de los afluentes. De acuerdo con las autoridades, estos «microvertederos» son generados por las personas que viven en zonas elevadas y que tiran desechos que llegan a los ríos, quienes, en muchos casos, no tienen acceso a los modos de recolección habituales.
Agregaron que DO Sostenible y el Ministerio de Obras Públicas colocaron unos ductos para que las personas tiren la basura en contenedores, sin embargo, la iniciativa es reevaluada, debido a que no ha tenido la eficiencia esperada.
En la actividad, el director de DO Sostenible, Armando Paíno Henríquez, sostuvo que los ríos Ozama e Isabela podrían tener un gran potencial, de lograrse el saneamiento de dos afluentes lacerados por décadas de contaminación.