Los cuatro primeros años del Alcalde Abel Martínez fue el de buscarse enemigos, romper el status cuo de desorden, para buscar organizar la ciudad de Santiago de los Caballeros.
Este escrito, por falta de información interna, no puede especificar si para avanzar el Alcalde tuvo que «negociar» con los regidores a la «vieja usanza de ganar y ganar» siendo más la corrupción que el cabildeo quien mande, sino de lo que se ve hacia afuera.
Abel, aún no siendo de la tendencia del presidente de la República en su primer mandato, obtuvo apoyos incondicionales para lo que se planteó hacer, a sabiendas que imponer el orden es más peligroso y políticamente incorrecto que el caos, por eso Sodoma y Gomorra no hubo formas de acabarla que, como acabó pues ni Dios encontró la solución.
Abel rompió desórdenes históricos, movió la «pulga» forzosamente e incluso en un fin de año, a un famoso club en las afueras de Santiago, por permitir que se parquearan encima de aceras y gramas, les hizo pagar multas altas pues, sin mano dura, nada mejora.
Es claro que hasta la Felicidad hay que imponerla.
Hoy, es difícil que no exista un Santiaguero que no hable bien de su gestión aunque algunos no le «traguen» en lo personal e incluso, hablan que no le votarán en sus próximas aventuras electorales, pero con el nuevo orden, están felices y seguro su nombre estará incrustado en la historia y servirá de referente hasta para escoger su seguidor.
Queda ver cómo es que Abel ha conseguido que la Policía le apoye, que el INTRANT le de una mano, toda vez que los alcaldes están limitados por ley en temas medioambientales, de seguridad y de tránsito, pues otros alcaldes que han tratado de imponer orden han sido olvidados por estos entes importantes.
Fiesta de Fin de año, fuegos artificiales en varios puntos de la ciudad, limpia como una tacita, mientras que la policía llegaba donde un «escandaloso» en un populoso barrio y le advertía: «O lo bajas o nos lo llevamos, deben cumplir la ley»… les dijo.
Santiago tiene fuerzas vivas organizadas, tiene prensa con criterio y ética, tiene clases medias que saben debatir, denunciar y exigir, tiene Iglesias comprometidas y hasta la oligarquía ama su cuidad y lucha por ella… condiciones que han sido imprescindibles para que cuando la Alcaldía comenzó a ordenar la ciudad, lo logrará.
El orden se alcanza entre todos, se hace con trabajo y desición de aplicar la ley a los violadores de estas.
La conciencia del ciudadano, el amor a la ciudad con identidad histórica y una Alcaldía comprometida junto a las demás fuerzas vivas son las que han convertido a Abel, el alcalde que seguro, está entre los mejores valorados de todos los tiempos.
@fdo_buitrago