El Conteo Chueco + Los Scanners = TRAMPA

Delegados, Jefes de Mesas y la Sombra del Fraude Electoral.

El proceso electoral del pasado 18 de febrero quedó marcado por una serie de irregularidades que convirtieron la jornada en un festival de trampas y cuestionamientos. Desde regidores con un respaldo mínimo hasta distribuciones uniformes en las actas, el desastre electoral se extendió por todo el país, y más allá, con la compra indiscriminada de votos como nunca antes se había visto.

El Conteo Chueco mas Los Scanners TRAMPA

A pesar de la supuesta organización de la Junta, incluso con la posibilidad de filmar los conteos, surge la pregunta: ¿dónde ocurrió el desastre? ¿En qué momento las elecciones se transformaron en una masacre protagonizada por verdaderos delincuentes políticos?

El conteo filmado puede compararse con el cuento de las tapitas y las esponjitas: por más que mires, puedes perder el rastro de lo que sucede. La verificación del conteo debe ser compartida por todos los involucrados, evitando que la información pase únicamente por una persona, asegurando así la transparencia del proceso.

Después del conteo y la emisión de las actas, llega el momento de los scanners, donde las actas pueden ser manipuladas antes de llegar a la Junta Central Electoral. Esta situación plantea desafíos legales, ya que las actas pueden ser legales pero tramposas. El proceso se complica aún más con las impugnaciones, enfrentando demoras y plazos en un sistema poco preparado para un entorno completamente corrupto, caracterizado por estructuras de fraude instaladas en los entes electorales de la República Dominicana a nivel de base.

La República Dominicana no puede soportar otro proceso como este, donde el nivel de trampas superó con creces a los procesos electorales anteriores. El voto electrónico se presenta como una opción cada vez más necesaria, especialmente después de la derrota sufrida en las elecciones del 2020 y los intentos de las élites partidarias de desacreditar esta modalidad.

Con la experiencia reciente de alcaldías compradas con dinero y trampas, y regidurías ilegítimas que se asemejan a un narcotraficante lavando su dinero, las próximas elecciones podrían estar sometidas a una gran presión. Los partidos opositores se han preparado para evitar ser aplastados y, posiblemente, buscarán realizar sus propias estrategias dudosas.

Las elecciones venideras serán la prueba definitiva de que los políticos en la República Dominicana no tienen el mínimo respeto por el votante. Para el 2028, es imperativo un cambio en las garantías electorales, ya que está claro que las ofrecidas en este proceso no son más seguras que el nivel delincuencial alcanzado por aquellos que cometen fraudes electorales

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