El crecimiento del GSD, una incógnita sin ordenamiento

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Mientras la población del Gran Santo Domingo se dispara y el territorio disponible se agota, la planificación urbana sigue rezagada. Solo el Distrito Nacional cuenta con un plan de ordenamiento territorial, y aunque otras alcaldías han iniciado esfuerzos aislados, la falta de una estrategia nacional impide una verdadera organización del crecimiento urbano.

Con un aumento poblacional del 84 % en las últimas dos décadas –pasando de poco más de dos millones en 2002 a casi cuatro millones en 2022–, el desorden en la expansión territorial amenaza la calidad de vida en toda la región metropolitana. La presión sobre los servicios básicos, el transporte, las áreas verdes y los espacios públicos crece sin una política integral que la contenga.

Distrito Nacional: el único con planificación formal

El Distrito Nacional, con apenas 3.16 kilómetros cuadrados aún sin desarrollar, se enfrenta a una expansión urbana que solo puede crecer hacia arriba. Aunque más del 60 % del suelo está consolidado –es decir, tiene servicios básicos–, eso no garantiza un desarrollo óptimo. Desde 2020, la Alcaldía cuenta con un plan de ordenamiento, lo que lo convierte en la única demarcación con reglas claras para guiar su desarrollo.

Según Luis Alejandro Pérez, director de Planeamiento Urbano del cabildo capitalino, el 73 % del territorio ya opera bajo normas actualizadas que contemplan movilidad, espacios públicos, infraestructura y servicios. Zonas como Villa Juana, Ensanche La Fe, Villa Consuelo o San Juan Bosco han sido identificadas como sectores con alto potencial para un crecimiento planificado y compacto, que alivie la presión sobre el Polígono Central.

Los demás cabildos: Buenas intenciones sin respaldo

Aunque algunas alcaldías del Gran Santo Domingo han comenzado a diseñar planes propios, enfrentan un gran obstáculo: la ausencia de un marco normativo nacional que armonice esos esfuerzos. Así lo advirtió Junior Santos, presidente de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo, quien afirmó que sin un plan nacional, los locales corren el riesgo de ser contradictorios entre sí.

El reglamento de aplicación de la Ley 368-22 sobre Ordenamiento Territorial sigue pendiente de aprobación, lo que frena la ejecución de políticas públicas más ambiciosas y coordinadas. Expertos como el arquitecto Omar Rancier señalan que el principal problema es la falta de voluntad política para hacer cumplir los planes existentes.

Áreas verdes bajo amenaza

En el Distrito Nacional, la cobertura natural ha disminuido drásticamente. El suelo agrícola, por ejemplo, se redujo un 24 % entre 2000 y 2015, quedando solo 15.96 kilómetros cuadrados no urbanizables. Buena parte de esta superficie forma parte del Cinturón Verde, una zona protegida creada en 1993, hoy amenazada por ocupaciones irregulares y proyectos sin control.

Ante este panorama, el gobierno local ha impulsado una estrategia dual: regularización con servicios básicos en zonas donde es posible convivir con el riesgo, y relocalización de familias en áreas vulnerables, como las cañadas. Proyectos como el Cristo Park, en Cristo Rey, marcan un paso hacia la recuperación ambiental, aunque aún son acciones aisladas frente a un reto estructural.

El crecimiento del Gran Santo Domingo sigue avanzando, pero sin dirección clara. La falta de planificación coordinada a nivel nacional pone en jaque la sostenibilidad de la principal metrópoli del país. Urge la aprobación de normativas, la ejecución de planes existentes y una visión compartida que coloque el bienestar ciudadano y el equilibrio ambiental en el centro del desarrollo urbano.

CAJITA CONVERTIDORA

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