El Despertar de Alguien: Rafael Castillo Rompe el Silencio en Santo Domingo Este

En medio de la inercia que ha caracterizado a la oposición en Santo Domingo Este, Rafael Castillo ha emergido como una voz que, aunque tardía, desafía la narrativa del alcalde y su administración. Sin aludir directamente a la persecución desatada contra sectores de la comunicación local, Castillo ha roto el silencio que su partido y el resto de la oposición han mantenido frente a las falsedades del gobierno municipal. Su intervención, cargada de críticas contundentes, pone en evidencia una rendición de cuentas que, lejos de destacar logros, parece diseñada para desacreditar el legado incuestionable del exalcalde Manuel Jiménez, mientras oculta la ausencia de resultados tangibles en la gestión actual.

El panfleto presentado por el alcalde como rendición de cuentas fue destrozado por Castillo, quien con precisión señaló su falta de sustancia y su enfoque en atacar en lugar de construir. Sin embargo, su crítica evitó confrontar directamente a los regidores de su propio partido, quienes han sido cómplices silenciosos del desastre institucional, la opacidad y el autoritarismo que han marcado la gestión municipal. Este silencio selectivo, aunque estratégico, deja un vacío en su discurso, pues la responsabilidad de la crisis no recae únicamente en el alcalde, sino también en quienes han permitido su deriva desde los espacios de poder.

La acción de Castillo, aunque aplaudible, llega con reservas. Era de esperarse que alguien en la oposición, movido por la vergüenza o por el horizonte de la campaña electoral de 2028, diera un paso al frente. Su intervención, en este sentido, no solo responde a un sentido de deber político, sino también a la necesidad de posicionarse en un escenario donde el descontento ciudadano crece. Santo Domingo Este, una ciudad que merece transparencia y liderazgo, no puede seguir atrapada en la retórica vacía y las disputas estériles que han reemplazado la gestión efectiva.

Este “despertar” de Rafael Castillo, aunque limitado, marca un punto de inflexión. La oposición, hasta ahora sumida en la pasividad, tiene ahora el desafío de transformar este gesto en una acción sostenida que exija cuentas claras y combata el autoritarismo. Los ciudadanos de Santo Domingo Este no solo esperan críticas, sino propuestas concretas que devuelvan la esperanza en una administración que priorice el bienestar colectivo sobre los intereses partidistas o personales.

En conclusión, el paso dado por Castillo es un comienzo, pero no es suficiente. Su valentía para señalar las mentiras del alcalde debe ir acompañada de una autocrítica interna y de un compromiso real con la ciudad. Santo Domingo Este merece liderazgos que no solo despierten, sino que actúen con coherencia y firmeza para rescatar una institucionalidad perdida. El tiempo dirá si este despertar es un destello aislado o el inicio de una verdadera transformación política.

CAJITA CONVERTIDORA

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