El día que el León cometió el error de creer que la presa era mansa.

Leonel Fernández los llamó «Los Ingratos de Palacio», y su accionar político, al reforzar al PRM y a Luis Abinader, permitió el ascenso de la llamada Justicia Independiente, que, como primer acto, puso a parte de la ex familia presidencial tras las rejas.

El día que el León cometió el error de creer que la presa era mansa

Creer que se olvidarán las ofensas es no comprender la naturaleza ladina de Danilo, quien se presenta como gacela cuando le conviene, pero actúa como hiena.

Danilo, que había impuesto a Gonzalo en esa unión ficticia llamada «danilismo», y que no dudó en impulsar unas elecciones fraudulentas para aplastar al León, ahora, en aparente desventaja, apela al ego leonino de querer, en lugar de «construir un partido», lanzarse como candidato. Espera, manso, a que el «rey» (u otrora rey) se acerque, e incluso, que le agarre por el cuello…

Ante la suavidad del lenguaje, parece que el León olvidó que Danilo es paciente. En alguna ocasión, gritó: «El poder me venció» y dejó el gobierno para, por debajo, construir una candidatura imparable. Parece que la vejez comienza a hacer efecto en la memoria de Leonel, o quizás creyó que los años habían creado lagunas de sentimentalismo en Danilo.

La alianza nunca existió, es un adefesio. Leonel ya lo tenía por el cuello; es su competidor. Nunca debió apartar los dientes, pues ahora la hiena está viva, incluso con un candidato débil, y prefiere morir antes de que el León logre algún objetivo. El «norte de Leonel» siempre debió ser acabar con Danilo, ya que parece que el de Danilo hace rato fue acabar con Leonel, quien ya está en dos strikes.

@Fdo_Buitrago

Entradas relacionadas