Si no fuera por Odebretch no se habría sabido lo que solo muy cerrados círculos conocian.
La vinculación entre Monseñor Agripino con grupos Empresariales.
Este vínculo es, para un monseñor, nada ético.
A partia de ahi se destapó lo que se quería y no, arrastrando su credibilidad al suelo.
Con él, las voces «enteradas» comenzaron a desnudar a cada uno de los integrantes de la Comisión que nombró el presidente de la república Danilo Medina.
No importa cuanto el monseñor Agripino aportara a la vida «democrática» de la República Dominicana.
Al dia de hoy su credibilidad se acabó.

