Desde el inicio de la actual gestión, algún tipo de medios y equipos de comunicación varios han tratado, primero, de que la población conociera a sus funcionarios y luego, encuestas ridículas de los más valorados y otro insípido esfuerzos de figureo fuera de contexto.
El pueblo no tiene por qué conocer a sus funcionarios, sino exigir que los ministerios funcionen bien y ello, no depende necesariamente de quien lo dirija, pero además, el conocer, no sirve de nada.
Medios adulones, enfocados en esfuerzos junto a los aparatos comunicacionales que en vez de «vender» ejecutorias y solución de problemas se entretienen en las figuras como si fueran vedettes, se prestan para estos artículos y campañas demasiado ridículos para que la población les preste atención.
Para colmos, algunos de los funcionarios vendidos prematuramente y con bombos y platillos por los aparatos comunicacionales han tenido que abandonar sus funciones si no son, incluso, destituidos, por mal hacer su trabajo.
La ridiculez de enfocar sobre los funcionarios, las ejecutoras de las instituciones, para colmos, desde lo electoral, no servirá de nada a ellos que quieren con ello obtener votos, ni podrán transferir ese show al propio presidente si quisiera reelegirse, pues el pueblo valora el «paquete» y cree, cada vez menos, en las burdas puestas en escenas.