Emergió como el «mesías», de canal de radio a otro, de Tv a otra, parecía que era el zar anticorrupción que la sociedad dominicana esperaba, en un clima de permisividad e impunidad que poco a poco, ha ido estrangulando el país.
Pasó el tiempo, sus acciones no prosperaron y, al llegar los escenarios electorales su grito fue el mismo: YO PARA PRESIDENTE.
Hizo de Leonel Fernandez su único objetivo y, mientras este dejaba de ser noticia y otros casos suplantaban el escenario nacional, Moreno quedó enganchado a su propia frustración de no haber podido encausar al tres veces presidente de la república.
Avanzó, si, su partido logró subir pero ahora, en medio de un clima extraño, con un PLD hegemónico que se clona y el nuevo se dispara avasallante con Leonel recargado, los viejos compañeros se encargan de victimizarlo e incluso, limpiar algún que otro pecado y Moreno, agarrado de la misma cuerda, no se da cuenta que le cambiaron el escenario y, quien no cambia con este, quien no lo entiende, se queda obsoleto.{loadmoduleid 450}
La sociedad señala, con razón o no, un único objetivo, el resto, los de afuera, a veces llamado oposición más allá de no oponerse nunca, o casi nunca, se unen en acuerdos de cuotas y no programáticos, hoy, no importan los pecados pendientes, eso será objeto, quien sabe, algún día, de futuras peleas, hoy los adversarios se dan la mano, se sientan con un café a repartirse el escenario nuevo y para ello el esfuerzo mancomunado de sacar al partido que ha crecido ejerciendo el poder casi absoluto… y Moreno, no entiende ni el juego, ni el escenario, ni seguro, de política elemental.
En Italia 5 Estrellas pacta con la Liga del Norte, en Grecia, syriza pacta con la extrema derecha, en otros paises las alianzas de «macos con cacatas» se ponen a la orden, ya sea con objetivos políticos, tópicos nacionales u otros y Moreno, estático, comienza a ser consumido por su propia tozudez y será tragado por el proceso mientras grita: YO PARA PRESIDENTE.
