Solo los vendedores de pinchos morunos, ante la tumba de Napoleón, fueron claros ganadores de la prueba de fuerza entre Emmanuel Macron y los sindicatos del transporte público, que ayer hicieron huelga y se manifestaron contra el proyecto de reforma del sistema nacional de pensiones que será presentado hoy.
El tráfico ferroviario nacional sufrió y volverá a sufrir muchas perturbaciones: retrasos, trenes anulados, sin llegar a provocar ningún caos.
En París y otras grandes ciudades, el metro funcionó mal o muy mal ayer es y volverá a funcionar mal hoy miércoles. Líneas cortadas, circulación aleatoria, provocando situaciones de tensión y grandes atascos a las horas punta en todas carreteras de circunvalación de la capital. Sin embargo, esos fallidos intentos de bloqueo no estuvieron acompañados el martes con la extensión del conflicto a otros sectores. Bien al contrario, la participación en la huelga del sector público de los transportes públicos fue menor que la gran jornada de protesta, el pasado día 5. La participación también fue bastante más modesta en las manifestaciones de París y las capitales de provincias.
Según un organismo independiente, en el que participan casi todos los medios franceses, en París solo hubo 27.000 manifestantes. Cifra irrisoria. Los sindicatos anunciaron una participación de 180.000 manifestantes. Cifra manifiestamente abultada. En la manifestación parisina, los trabajadores eran minoritarios. Por el contrario, había mucha tercera edad, mucho estudiante de bachillerato, muchos grupúsculos minoritarios. En el resto de Francia, la participación también fue más baja que la semana pasada.
Sigue el duelo
La modestia de la participación en las manifestaciones de protesta no prejuzga, en absoluto, la reacción sindical ante el plan de reforma del sistema de pensiones, que Édouard Philippe, jefe de Gobierno, presentará a última hora de la mañana de hoy.
La prueba de fuerza entre Macron y los sindicatos del transporte público terminó en tablas la noche del martes. Los sindicatos no consiguieron grandes movilizaciones. Pero pueden seguir complicado los transportes nacionales. Macron ganó el martes algunos puntos. Pero su proyecto de reforma sigue en el aire.
Ante esa ambigüedad, relativa, quizá los únicos ganadores del duelo fueron ayer los cocineros y vendedores de pinchos morunos que tuvieron un éxito excepcional, ante el Hotel de los Inválidos, el gran monumento nacional donde está enterrado Napoleón. Imagen simbólica: la arquitectura más noble de la historia de Francia cercada por olorosos puestos ambulantes.