Hasta hace pocos años las mujeres no votaban, les era prohibido participar en política, conocidas como ciudadanas de segunda… pero eso, poco a poco, y luego de muchas luchas, ha cambiado.
Aun persisten sociedades donde tienen que cubrirse el cuerpo, donde no pueden visitar lugares sagrados porque solamente está reservado a hombres, donde se les extirpa el órgano del placer sexual, donde no puede ir a la sala de su casa si no es que el hombre le llama y en muchos países desarrollados aun se les paga por debajo que los hombres desempeñando las mismas funciones.
Los movimientos por los derechos de la mujer se transformaron en feministas, algunos, en extremistas, dando paso a los detractores ya sea por no querer ceder espacios de poder u otros objetivos, incluso, económicos.
Las mujeres, aun vejadas, han tenido un papel preponderante en el ejercicio del poder en la historia de la humanidad. Esposas de reyes buscándoles concubinas a los esposos, reinas absolutas seleccionando esposos con quien gobernar o siendo prostitutas espías, las mujeres han sido desde las que paren hijos hasta las que han decidido y deciden los destinos del mundo, de una forma u otra.
Registros de civilizaciones en todo el planeta hablan de que las mujeres han abortado, aplicado, ya sea con remedios hechos con yerbas y productos animales hasta con herramientas perfectamente diseñadas, también han usado diferentes métodos para no quedar embarazadas.
Ellas han tenido el control, siempre, de sus cuerpos cuando los hombres han decidido por sus vidas.
La sociedad moderna se muda de la otrora religiosidad a ultranza hacia los nuevos tiempos donde se respeta más la libertad individual.
Los de «antes», tratando de sobrevivir anteponen las justificaciones religiosas y las endosan con una cuota de machismo histórico y cultural que produce creencias e inventos de maquiavélicos planes de una dizque nueva ideología de género que da al traste con las necesarias e impostergables luchas por la igualdad y los derechos de la mujer que además, es la que engendra y mantiene por lo humano, dejando la religión atrás, la supervivencia de la especie humana.
La lucha por el aborto por las Tres Causales es una guerra perdida por los que se oponen a ella y, aunque república Dominicana es una de las poquísimas naciones que condena el aborto penalmente, el mundo cambia y terminará torciendo el brazo a los que levantando la mano condenatoria quieren obligar a la mujer a no decidir sobre los que ellas siempre han decidido, su cuerpo y su propio destino… hombres legislando a las mujeres….
Ellas siempre supieron qué hombre era el mejor para hacer que la humanidad llegará a nuestros días, ellas decidieron quién vivía y quién moría, a quién parirle a quién no, cuándo abortar y cuándo no, y aunque hoy hombres quieran forzar la historia, las nuevas generaciones impondrán sus normas de libertad, equidad, derechos.
…ellas siempre han abortado… y abortarán… (por los siglos de los siglos)