El Cobrador posee un discurso arribista, revanchista, retaliador, mesiánico, «linchador» que promete justicia y casi todo lo prometido no lo puede, en democracia, aplicar el ejecutivo, sino que debe pasar por leyes o construir nuevas y he ahí el engaño del discurso.
El «trumpismo y el trujillismo, ahora, sumados los Melicistas y otras yerbas fascistas, se unifican al lado del candidato de Trujillo, quitando votos al PQDC, a Carlos Peña y Los Vincho, que llevan una línea dura en contra de lo que ellos llaman Agenda 2030, Ideología de Genero y otros inventos que avalan la descriminación a las minorías, la represión a las libertades individuales y en defensa de una llamada «familia tradicional: Mamá Papa y nené que no existe mas, abrumado por el ejercito de madres solteras, el hacinamiento y la marginalidad hasta el incesto, acosos y violaciones que cunden cuan pandemia en la sociedad y que los conservadores miran desde sus aires acondicionados como observando un New York chiquito.
El «bukelismo» no trae desarrollo, la Democracia es un Estado de Derechos y si bien es cierto que hoy la sociedad está atrapada entre lo malo y lo peor, que cada 4 años se «arreglan cosas» pero no se soluciona nada y menos, se encamina la sociedad al desarrollo, el lenguaje de «meter a todos presos» o sacar a «todos los haitianos» es fasistoide e irreal porque es la propia legalidad la que te coloca trabas e incluso, el ser parte de una comunidad internacional.
No es a Luis Abinader a quien le quita fotos el Cobrador enganchado al partido Trujillista, sino a la oposición que, jugando a la democracia, se deja robar la ultraderecha que curiosamente, en la República Dominicana, existe en ausencia de las izquierdas porque estas o son muy pequeñas o nulas.