La periodista Altagracia Salazar afirma que el proyecto del presidente Luis Abinader es muy similar al que presentó y aprobó en su momento el ex-presidente Fernandez, aun cuando este afirma, e incluso, le exige al ejecutivo retirar el proyecto «clon».
Es claro que la no-lectura y la politización del tema por parte de los entes políticos, todos, está sobre la mesa. Por un lado, el presidente que seguro usará este tema de forma positiva para la campaña, «resolviendo el problema haitiano», más allá del tema de la trata de personas, el ex-presidente Fernández que luego de 3 periodos en que poco o nada se resolvió buscará capitalizar el tema con discursos contrarios a sus propias ejecutorias y los llamados «nacionalistas» que compiten por el nicho de ultraderechas apegado a pensamientos ultras religiosos que buscarán, incluso, compitiendo entre sí, sacar provecho de cara a las elecciones.
Los llamados organismos internacionales que son parte de la conjura de los países ricos para mandar en los pobres, con modelos que mandan a aplicar, pero ellos no aplican, presionan a nuestros países con vistas a, por un lado, tener legislaciones sobre la explotación, el esclavismo del siglo XXI y que tanto afecta a la República Dominicana, el tráfico de personas y, por otro lado, la llamada «invasión» que es la existencia de miles de ilegales haitianos en territorio dominicano.
La falta de visión política de los gobiernos de la mal llamada «era democrática», no solo no tuvieron la urgencia de ordenar el territorio mediante ley, impedir el caos ciudadano y de tenencia, sino que además, mantuvieron un país en la desregulación de su población interna, sin control, permitiendo el caos financiero, verticalización del Distrito Nacional «reventando» sus servicios y el tema vehicular, además, el crecimiento desordenado de las construcciones de viviendas en el gran Santo Domingo.
Es real que hace mucho tiempo la República Dominicana no debió estar tratando los temas de trata de personas u ordenamiento territorial.
Ahora, el presidente presenta este proyecto a sabiendas de que todos «le caerían encima», pagando el «costo político» a tiempo, antes que comience la campaña, dando posibilidades a comenzar a consensuar y poder vender su figura como el que al fin «arregló» los temas urgentes que «ninguno anterior» quiso hacer y con ello salir vencedor, porque con consultas y campañas mediáticas cualquier proyecto, bueno o malo, termina siendo perfecto y aceptado.
¿Fue un «farol» lo presentado por el presidente?
Es claro que el que luego del discurso de Fernández y con la ayuda de planes mediáticos, se podrá determinar que cuando él fue presidente hizo lo contrario a lo que hoy él mismo pide, por lo que la trampa parece haber estado servida.
¿A qué «fuerzas» el presidente complació sacando un proyecto «necesario» pero aparentemente «no políticamente correcto»?
El presentar un proyecto sin «defensa» mediática podría ser la señal de que los efectos han sido precisamente los que el presidente quería, cuan «gatita de María Ramos», riéndose en la esquina mientras los que pensó saldrían a «aprovechar» el momento, salieron… todo esto, amen de las eventuales «metidas de pata» de la prensa presidencial y el desconocimiento de tema de «protocolos» en los actos del presidente… pero ese, es otro tema.