por Elvin Calcaño
Cierta derecha mediática de RD está copiando lo peor del trumpismo convirtiendo en modus operandi la difusión de fake news y el derribe del adversario convertido en enemigo.
Faride, una suerte de objeto del deseo lacaniano de esos sectores, es de las principales víctimas.
Mi experiencia en España y mi conocimiento cercano y académico del caso de EU me indican que esto es sumamente peligroso pues si no se combate no hace sino crecer. Porque los fake news son muy efectivos pues validan marcos ideológicos que ya tiene la gente.
Por ello circulan como verdad, sobre todo en redes, ya que al validar convicciones se comparten sin analizar; y así, no requieren reflexión alguna para asumirse. El diputado José Horacio es otro objetivo constante de esas fábricas de mentiras y destrucción moral del enemigo.
Esa derecha radicalizada e irracional sigue el manual de Steve Banon que es inundar los espacios de discusión con mentiras que circulen como verdad para condicionar los marcos de discusión según sus términos. Y la lógica del decir cualquier mentira que algo queda.
En política, cuando toca explicar algo, se va perdiendo porque implica que el argumento de uno quedó fuera del marco; y solo necesita explicarse lo que no conecta directamente al sentido común. Los fake news, cuando se normalizan, nos obligan a siempre estar explicándonos.
Por tanto, lo que está en juego son los marcos. Los medios decentes y progresistas del país deben saber de qué va esto y moverse porque hay formas de enfrentarlo y ganarles los marcos. Tenemos que recuperar la verdad como un valor político esencial. El todo vale no puede seguir.
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