Indestructible.
Solo la natural muerte, esa que nos espera un inevitable día en algún lugar, te sacó de este mundo para enviarte a la eternidad.
Baila un reducido grupo y tratan, infructuosamente, de ofender a todo aquel que muestra dolor, agradecimiento o comenta positivamente en las redes sociales, como muestra flagrante de la falta de decencia o humanidad más elementales.
Trataron de asesinarte cientos de veces, pero moriste cuando te dio su gana, incluso lo predijiste, pudiste dejar todo escrito, planificado, rodeado de gente que te quería, tomando yogurcitos fríos y manjares simples pero sabrosos.
Rodeado de familia y de tu pueblo, posiblemente con una sonrisa entre labios, completamente convencido del deber cumplido.
Nadie ha sido tan completo en vida y obra, pero tus detractores furibundos intentan tener algún orgasmo si un seguidor les contesta.
Van red por red, como virus, buscando post de quien sea para descargar su bilis, puros trolls, desnudando la verdadera esencia de los enemigos de «Fidel» y la Revolución, esos que han calumniado por décadas.
Si batistianos y neo-batistianos, ajenos a toda clase elemental de humanismo, fanáticos a atacar corazones de dolientes, atacan espacios decentes con odio desmedido y faltas de respeto rampantes, son y fueron tus enemigos, entonces, ¡qué orgulloso me siento de no comulgar con esa lacra!!!.
No, no son los que te adversan, seguro personas tienen derecho a no haber estado de acuerdo, pero no hablo de esos, hablo de los gusanos, si, esos, especímenes despreciables, lumpens, esos que Marti aseguraba que «debían llenar los barcos pues le roían el suelo de la patria que los nutre».
Gracias Fidel; no voy a lamentarme, no lloraré más, vivimos juntos toda tu aventura, aprendiendo día a día a como hacer este mundo más justo, no me arrepiento de haberte conocido, de ser tu fan indiscutible hoy y siempre.
Solo espero poder ser en mi vida digno de tu ejemplo.
Si, moriste, pero cuando te dio la gana, te mofaste al final y debo reconocer que esto me divierte.
