El pre-candidato a la presidencia Amarante Baret acaba de minimizar el método Leonelista de recogida de votos asegurando que «no son Firmas, son gente».
Sin embargo, aun cuando es impresionante un circuito lleno de personas, las firmas se recogen casa a casa, cara a cara, por lo que en tema de compromiso del voto, que es lo que cuenta, la firma es más humana y por lo tanto más segura.
Se adiciona el que en actos el «estar» podria garantizar incluso el empleo sobre todo cuando se pertence al tren gubernamental (el que da los cheques de turno).
Para colmos, el convencimiento de la población que las concentraciones de personas que realizan con pica pollo y 500 pesos… a veces más, hace que aunque se estremezcan las redes, sean poco creibles.
«…hay quien dice que los del Gobierno llenan facil…» eso dicen…
Hay marchas que se realizan por conciencia, no importa cuan grandes sean ni importa si uno «comulgue» con sus objetivos, ideologias, procedimientos, como las protagonizadas por la Marcha Verde con un poco de militancia PRM, el domingo pasado.
Sin arrogancia, y respetando el nicho gobiernista que asiste cuando Amarante llama, es importante recalcar que más allá de la percepción hay un trabajo militante a millitante que hacer….
Como discurso está bien, sin embargo, el voto es otra cosa y en él me atreveria a modificar lo dicho por Amarante…: «no solo son firmas, es gente traidas con compromiso sin pagarles, esas son las que garantizan el voto al líder, con el corazón y la esperanza puesta en El»
No son discursos, son liderazgos los que crean el compromiso real.