El aeropuerto internacional de Ben Gurión, el más grande del país, no presta servicios a los vuelos de salida por el paro de sus empleados.
Israel vive este lunes una jornada de huelgas masivas que engloban a diferentes sectores que expresan de esta forma su rechazo a los planes del Gobierno conservador de Benjamin Netanyahu de reformar radicalmente el sistema judicial.
El jefe de la Federación General de Trabajadores de la Tierra de Israel, conocida como la Histadrut, Arnon Bar-David, anunció para esta jornada una «histórica» huelga para «frenar la locura» si Netanyahu no congela el polémico anteproyecto, recoge The Times of Israel.
«Hemos perdido el rumbo: no se trata de izquierda o de derecha. […] No podemos seguir polarizando la nación. […]. Todos estamos uniendo nuestras manos para cerrar el Estado de Israel. Los centros comerciales y las fábricas cerrarán», auguró Bar-David.
Los empleados del aeropuerto internacional Ben Gurión, el más grande del país, ya se declararon en huelga, por lo que no hay vuelos de salida. En cuanto a los vuelos de entrada, solo se recibirán los que ya están en curso, precisa The Jerusalem Post. La aerolínea nacional ElAl anunció la suspensión de vuelos de salida desde Tel Aviv ante el paro general.
Los trabajadores de Salud también se suman a la huelga, mientras los equipos médicos solo tratarán casos de emergencia.
Tras la llamada de la Histadrut al paro generalizado, empresas y autoridades locales anunciaron que cerrarán a partir de esta jornada. En particular, las escuelas terminan las clases al mediodía, mientras que las guarderías permanecen cerradas. A la huelga también se han sumado grandes centros comerciales.
Se espera que Netanyahu se dirija a la nación con un discurso en el que podría anunciar la congelación de la reforma. El discurso estaba previsto para las 10:00 (hora local), pero fue retrasado ante el temor de que los partidos de ultraderecha puedan romper la coalición gubernamental si se detiene la reforma.
Pese a ello, el jefe del Ejecutivo ya le habría comunicado al jefe de la coalición su decisión de detener la reforma, informa la emisora Kan.
Mientras, el Comité de la Knéset (Parlamento) sobre la Constitución, Ley y Justicia aprobó el anteproyecto de reforma para su lectura final en el pleno del órgano legislativo.
Destitución del ministro de Defensa
El fin de semana estuvo marcado por nuevas manifestaciones contra la iniciativa. Las tensiones se agudizaron el domingo, luego de que Netanyahu destituyera al ministro de Defensa, Yoav Gallant, después de que mostrara su oposición a la reforma.
El líder de la oposición, Yair Lapid, instó a Netanyahu a retractarse del cese de Gallant. «Fue despedido por una sola razón: decía la verdad. No amenazó, no lanzó un ultimátum; advirtió del colapso del Ejército del pueblo frente a un Gobierno que intenta descartar la realidad», afirmó Lapid.
Israel afronta su mayor «peligro» desde la guerra de 1973
A los llamados de suspender el anteproyecto se sumaron otros políticos de alto rango, como el ex primer ministro, Naftali Bennett, que advirtió el domingo que el país afronta «un peligro mayor que ningún otro desde la guerra del Yom Kippur [en 1973]». Según explicó, se trata de «un peligro para la seguridad, un peligro diplomático, un peligro económico, y el peligro de desmoronarse».
Por su parte, el presidente israelí, Isaac Herzog, llamó a Netanyahu a detener «de inmediato» el proceso de la aprobación de la reforma.
El proyecto de reforma prevé otorgar al Ejecutivo israelí una influencia decisiva en la selección de los jueces, así como limitar el alcance de la Corte Suprema para derogar leyes o fallar en contra del Gobierno.
Los críticos consideran que esto debilitaría en gran medida la independencia del poder judicial, dado que Israel no tiene una Constitución, sino solo una comisión del Parlamento, controlada por la coalición gubernamental, para dirimir estos asuntos.