Es claro que en cada zona del país las situaciones son diferentes.
La Fuerza del Pueblo por si sola logra «vender» en el Distrito, por ejemplo, solo a Omar que no logra desprednerse de su apellido para construir liderzgo propio y Rafael Paz que sigue siendo un invento con dinero, pero con ausencia de carisma que cree seguidores.
En regiones como Bahoruco, el abogado Marino parece ir cómodo en aspiraciones a senador y en Santo Domingo Norte, Carlos Guzmán se mantiene como favorito.
En Santo Domingo Este solo el diputado Rafael Castillo sale airoso de la escasez brutal de «figuras» y ahora, claro, en su región, el regidor El Poli.
Así, en cada región se pueden encontrar dificultades en liderazgos que quieren competir a regidores, diputados, senadores que encuentran como único impulso la propia figura de Leonel y no sus caminos como entes políticos.
Si bien es cierto que hubo una ola importante desde el PLD hacia la Fuerza del Pueblo y la figura de Abel no resulta del todo atractiva, la propia de Leonel no acaba de convencer a los apresurados a posicionarse, encontrando resquemores en cuanto a adhesiones en el ala de poder verde, mientras el actual gobierno enamora a indecisos y pacta (le llaman convencer) y los absorbe con promesas que solo desde el «poder» del estado sabe hacer, como lo hicieron sus antecesores.
No será de extrañar algunos abandonando a Leonel o a Abel directo hacia el PRM a medida que la campaña arrecie y los números comiencen a ser reales, más allá de los shows de encuestas disfrazadas que solo cada segmento de militancias se la creen, sean de Leonel, Luis o Abel.
A todo esto es curioso que las redes pagadas de youtube se llenan de videos denotativos contra la figura de Luis, Abel y Leonel, lo que anuncia que la campaña será sin piedad, repleta de descalificaciones de lado y lado del espectro político e impulsados por grupos cuasi mafiosos que se dedican al descrédito y que parece ser contratados por los mismos, por la similitud de las campañas.
En cuanto a Leonel, no se descarta que nuevamente le traigan a Quirino a reeditar la sucia campaña del 2016, a Abel otros tópicos y a Luis, los «financistas» acusados de narcos.
La realidad supera a la ficción y en eso, solo los «líderes» tienen los números reales que maquillan frente a sus electores, en la eterna simulación de la política que se basa en engaños editoriales.
Si al color verde Mirar del partido le quitas la «figura de Leonel» se torna amarillento, desértico, lo cual hace a esa aún nueva organización política, aún, muy vulnerable.
La Fuerza del Pueblo camina entre el descrédito de figuras de antaño y el pobre liderazgo de los nuevos, mientras el reloj avanza y el tiempo, se acaba.
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